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Desde esta· perspoctiva se comprende la amplitud de la acción mi– sionera: No sólo hacer llegar la vida de Dios hasta lo más recóndito de lo creado, sino acrecentar esta misma vida hasta su plenitud. 2) Dos factores se oponen a esta difusión de vida divina: la ig– norancia y la mala voluntad. La Iglesia y, en concreto, el cristiano, debe hacer lo posible para remover estos obstáculos. Se lo exige su participación en el sacerdo– cio de Cristo por el bautismo, confirmación u orden. a) En sí mismo: dejándose penetrar de ,la vida de Cristo. b) En los demás: intercediendo ante Dios para que con su gra– cia remueva la mala voluntad de los hombres (oración, sa– crificio, fidelidad a la gracia... ). -poniendo todos los medios para disipar su ignorancia (ur– gencia del apostolado en todos sus aspectos y con todos los medios). 3) El Sacrificio de la Misa, centro de la irradiación misionera: es la actualización de la obra sacerdotal de Cristo. 4) De hecho Cristo realiza toda su obra a través de la Cruz. La muerte con Cristo, exigencia fundamental de toda acción misionera. «Todo lo glorioso y sublime nace del dolor» (Pío XII, Myst. Corporis). Estas ideas, más ampliamente expuestas, se publicarán próxima– mente en un nuevo estudio, síntesis de todos los trabajos realizados hasta ahora por el Grupo Misional, que presentará un enfoque más vital y apostólico. grupo misional -10-