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4) €,.isto es nuesil'o a6ogado La obra de Cristo podemos decir que aún no ha terminado, pues continuamente está intercediendo por nosotros. Hijuelos mios, esto os escribo para que no pequéis: si toda– vía alg,uno pec:are, abogado tenemos ante el Padre a Jesucristo, justo. Y El es propiciación por nuestros pecaól,os, y no por nuestros pecados solamente, sino también por los de todo el mundo (I Jn 2, 1-2). 5) Crisfo, lmm de unión Todos los hombres somos uno en Cristo y en El nos unimos con Dios. PQr lo cual recordad que un tiempo vosotros, los gentiles, se– gún la carne, los llamados incircuncisión por la que se llama cir– cuncisión -en la carne, hecha por mano de hombre-, que está– bais en aquel tiempo desconectados de Cristo, excl,uídos de la ciu– d,adanía de Israel y extraños a las alianzas, sin esperanza de la pro– mesa, sin Bias en el mundo; más ahora en Cristo Jesús vosotros, los que un tiempo estábais lejos, habéis sido aproximados por la sangre de Cristo. Porque El es nuestra paz; el que de los dos hizo uno y derribó el muro intarpuesto de la valla, la enemistad, anu– lando en su carne la ley de los mandamientos formulados como edic– tos, para hacer en sí mismo de los dos un solo hombre nuevo, ha– ciendo paz, y reconciliar a entrambos en un solo cuerpo co'n Dios por medio de la cruz, matando en ella la enemistad (Ef 2, 11-ló). * * * Como conclusión, anotamos nada más el esbozo de algunas sugeren– cias, proyección misionera de este trabajo. '' 1) Es preciso volver a insistir en el fundamento último del sacer– de Cristo, de donde arranca toda fuerza misionera:· La vida y el amor de Dios concentrados en Cristo que tienden 2, llenado todo, ya que todo ha sido creado con vistas a esta integración cristocéntrica. * i~stas ideas más ampliamente expuestas, se publicarán próximamen– te en un nuevo' estudio, síntesis de todos los trabajos realizados, hasta ahora por el Grupo Misional, que presentará un enfoque más vital Y apos– tólico. --39