BCCCAP00000000000000000000719

B) único De la santidad del sacerdocio de Cristo se desprende esta otra pro– piedad de la «unicidad». El sacerdocio de Cristo es «único» e «irrepetible». 1) por la perfección a6solufo de su sacrificio .. .que no tiene necesidad de ofrecer víctimas día tras dfa co– mo los pontífices, primero por los pecados propios, luego por los del pueblo PORQUE ESTO HIZO DE UNA VEZ PARA SIEMPRE, ofreciéndose a sí mismo. (Heb 7,27) Porque con una sola oblación ha consumado para siempre a los que son santificados. (Heb 10,14) Pues no entró Cristo en un santuar,io hecho de mano, imagen del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en el acatamiento de Dios a favor nuestro; y no con el fin de ofrecerse a sí mismo repetidas veces, a la manera que el sumo sacerdote entra en el santuario año tras año con sangre ajena; puesto que hubiera sido necesario que El padeciera muchas veces desde la fundación del mundo; mas ahora de una sola vez en la consumación de los si– glos se ha manifestado para la abolición del pecado mediante su pro– pia inmolación. (Heb 9,24-26; Cfr 10,1-10) 2) por la perfección de su poder intercesor ...mas El (Cristo), a causa de subsistir perpetuamente, posee el sacerdocio intrasferible; por donde puede también salvar peren– nemente a los que por El se llegan a Dios, siempre viviente para interceder a favor de ellos. (Heb 7,24-25) N. B. De aquí se deduce que no hay otro sacerdocio verdadero con va– lor propio, independiente del sacerdocio de Cristo. Nuestro sacer– docio tiene valor en cuanto que participa del de Cristo, en la medida que el mismo Cristo fo ha querido. Mas para este tema reservamos un estudio aparte en vías ya de publicación. [)eterno 1) por el juramento de <])fos 28- Así también Cristo no se glorificó ,a sí mismo en hacerse pon– tífice, sino el que le habló (Sal 2,7 ): «Hijo mío eres Tú, hoy te he engendrado». Como también en otro lugar dice (Sal 109,4 ): «Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec». (Heb. 6,20)