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Y la confesión oficial esta "doxa" divina se hace EN LA IGLESIA Y · EN CRISTO, la pareja indivisible, el nuevo Adán y la nueva Eva de cuyo eterno connubio saltará a la vida que "llene" los senos m:3"' recónditos de lo creado, en una progresión de tiempo indifinida POR. TODAS LAS GENERACIONES DE LOS SIGLOS. AMEN" (5}. ...colmados del fruto de jus±icia <:":Ue se logra por Jesucristo, a glo– ria y alabanza de Dios (Fil 1,11} ...al Dios solo sabio, sea por Jesucris,!o la ,:,loria :9or los siglos de los siglos. Amén. (16,27 ir., N. C.) .-onsecuencia: Cristo es el máximo glorificador del Padre. conclusión genera El amor de Dios se difunde en Cristo constituyéndole Giorificador– iVIediador, funciones pertenecientes a la esencia de su sacerdocio, como, después se explicará. B) f un d am en t o i nm e dla t o 1) el mismo ser ele erisio CL mismo ser ele €rislo, CJlom6re - CJJios, apt.> para un sacerdocio perfecto. Los sacerdotes del Antiguo Testamento no poseían la razón de su sacerdocio en sí mismos. Su oficio dependía totalmente de una libre l~iección de Dios (Heb 5,4) y aun así su sacerdocio debía repetirse con– tinuamente (Heb 7,27) por su imperfección (Heb 10, 1-4; 7-18) ya que no contaba con los elementos suficientes para aplacar a Dios de una. manera eficaz y definitiva (Heb 7,18; 9,9). Así su sacerdocio resultaba solamente una imagen lejana del ver– dadero (Heb 7,19; 8,5; 9,9; 10,1). Sin embargo, Cristo halla el fundamento de su sacerdocio en su mismo ser. Porque, transferido el sacerdocio, fuerza es que se produzca también Za transferencia de la ley. Pues aquél de quien se dicen esas cosas a otra tribu pertenecia, de la cual nadie se ha llegado al altar; porque es cosa manifiesta que el Señor nuestro es retoñe» (5) lb. 243. JO-

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