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de Aquel que se .llama a Bí mismo Flor del Campo, y para que con su perfume invitasen a los hombre :a cantar las divinas alabanzas. Pues toda criatura nos habla diciendo: "Dios me crió por amor tuyo, oh hombre". (EP c. 12, n. 118, 785-786.) (36). e) Motivo de alabanza: Si la creación es manifestación de la bondad de Dios para con los hombres y para con ella misma y además signo de la grandeza divina, la ,s,im¡ple vista o el uso de las creaturas es una constante evocación, reolamo e invitación a aJabar a ese Dios, amarle y gozarse en E'l. Y siendo las cosas el lenguaje y el canto de la bondad divina, toda la .crea– ción es un himno constante dedkado al sumo Hacedor y Padre común. (EP c. XII, n. 118, 786.) El hombre debe unirse gozosamente a este canto en loor del Altí– simo y alabarle en, por y con las ,cosas. Francisco poseyó una ·sensibilidad poéttca tan exquisita, depurada luego y acrecentada ,por el contacto íntimo con la Divinidad, que descu– bre a Dios mediante y en las •cosas, percibe la constante alabanza y glorificación que el mismo ser de ellas ile tributa, y únese a este canto de las crea1uras, experimentando que él se afina interiormente más. que se eleva y purifica, hasta, insensibilizarse, en parte, para los dolores de!l cuerpo. (EP, c. 12, 19, 787.) La creación en este sentido tiene para él un valor catártico excep– ciona[. Y esto hace que adopte ante ella una actitud eminentemente positiva. San Franoisco se sitúa en medio del universo, y, a una con él. como un juglar enamorado, canta ~humi<Ide, anonadado, eso sí- la gloria y las gestas de Dios en la creación. Este canto adquirirá varias modalidades: ensalzamiento, gratitud, reparación, desagravio. 36 Cfr. 2C, 2p. e 19, n. 165, 485- SB c. 12, n. 3, 608. 44-

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