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Hay que subrayar que San Francisco reconoce al amor o caridad para con Dios -elemento esencia[ y dis1tinüvo de la autenUca perfec– ción cristiana- su puesto básico y forma,!. La caridad es la nota centra:1 de su espiritualidad. Su vida es una teología práctica de la caridad. Más tarde sus hijos eS1pecularán sobre ella. 1) LAS PROPIEDADES DE ESTE AMOR Y CARIDAD PARA CON DIOS: Ontológica.: «De todo corazón y con toda , 1 alma y toda la mente y fortaleza y con todo nuestro entendimiento y con todas las entrañas y con todos los deseos y voluntades amemos a Nuestro Señor Dios». (RI XXIII, 23; L 65.) Constante: «En todo lugar, en todo tiempo y en toda hora, todos los días sin inte– rrupción, todos con verdad y humildad... amemos... al Altísimo, sumo y eter– no Dios». (RI XXIII, 23.) Exclusiva.: «Hágase tu voluntad como en el cielo así en la tierra: para que te ame• mos de todo corazón pensando siempre en Ti, con toda el alma deseando siempre a Ti, con toda la mente· enderezándo a Ti todas nuestras intencio• nes y buscando en todas las .cosas tu honor· y con todo nuestro empeño gastando todas las fuerzas y sentidos del alma y del cuerpo en obsequio de tu amor y no en otra cosa». (L 65.) Dichosa J? contenta.: «Mas, por el contrario, cuán benditos y dichosos son los que aman al Señor y obran según El dice en ·el Evangelio: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma...» (C II, 51.) Sencilla. y pura: «Amemos, pues, a Dios con corazón sencillo y espiritu puro, que eso es lo que busca El por encima de todo cuando dice: «Los verdaderos adora· dores adorarán al Padre en espíritu y en verdad». (C II, 51.) Activa: «Gastemos todas las· fuerzas y sentidos del alma y del cuerpo en obse• quio de tu amor, y 110 en otra· cosa; y ariiemos a nuestros prójimos ·como a nosotros mismos, trayéndolos a todos ·a tu ·amor, gozándonos de los bienes ajenos como de bienes nuestros, y . compadeciéndolos en sus males, y sin ofender nunca a nadie». (L 56-66.) · -39

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