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El hombre no queda definido en San Francisco tanto- por una teoria cuanto por una práctica: ser jug,lar, cantor, peregrino... En San Francisco queda al fondo la consideradón esencial de Dios, el hombre y las cosas. De aquí que cuando él trate de definirse a sí mis– mo se definirá prácticamente desde una exisrtencia: "Yo soy el juglar del Gran Rey". (lC c. VII, n. 16.) Por último el hecho de lai creación da fundamento a la fraternidad universal, tan inherente a todo franciscanismo. a) Criatura: "Considera, oh hombre, en cuánta dignidad te puso Dios, pues te crió y formó 1 a imagen de su muy amado Hijo según ·ez cuerpo y a semejanza suya según el espíritu". (AE V, 42.) (10). "Al considerar el origen común ·de todas las cosas, daba a todas las criaturas, rpor despreciables que fuesen, el dulce nombre de hermanas, pues sabía muy bien que todas tenían con él un mismo principio". (SB c. VII, n. 6; SV 68; F. P. I, c. XVI, 123; 2C n. 165; SB c. XII, n. 3.) b) Hijo de Dios: "El Señor Dios se ofrece a nosotros como a hijos". (C III, 56. Cfr AE XV, 45; C II, 53; 2C n. 12; SE c. II, n. 4; c. IV, n. 3; LTC c. VI, n. 20.) e) Pecador: .El aspecto insistente en una valoración negativa del hombre, no depende de que naturalmente haya en él una desarticulación constitu– tiva, sino de una "mi-seria" moral, de una caída voluntaria frente a la bondad del Padre. La sombra mora[ que es el hombre hace que resplandeZica más en 10 10fr. RI XII, 9; xm, 22; XXIII, 23; C III, 59; C IV, 59; F. P. J. c. XX, 132; BP ,c. IV, n. 45. 22-

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