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Jes:ucristo, e:l "Hijp rny,y amado del P{Ldre" (C. III, 59), es Verbo (=expresión, pala]:>ra sustantiv:a), presencia -y donación de Dios Bjen. Por E[ todo es para afabanza del Padre. Cristo lo es todo y "basta para todo", porque es: Sumo Señor que obra como le place (C III, 56), amor y complacencia (RI XXIII, 22.) Verdadera 'luz y sabiduría del Padre. (C. II, 54). "Y porque todos nosotros, pecadores y miserables, no somos dignos de pronunciar ti¿ nombre, pedimos con humildad que Nues– tro Señor Jesucristo, tu Hijo amado, con quien te complaces ,en unión del Espíritu Santo Paráclito, te dé ,gracias por todos, como a Ti y a ellos 1'aqrade, :ya ,que Jesús basta para todo y por su me– diación nos hiciste tantos beneficios". (RI XXIII, 22.) (7). 6) eomun.icación de C?Jios <:J8ien a toda criatura: Dios, en el amoroso afán de comun1car su colmada bondad, sale de su "beata soledad", ,para hacer partícipe de su Vida, de su Bienaventu– ranza a Cristo, el primer predestinado. (OF 89.) Dios ,podía haberse detenido en este punto, pues en el amor de esta cr~atura e;x:cEilsa hallaba una retril;)ución suficiente de su don. Pero no: SU AMOR le llevó a un eX1cesQ de benevolel1J(;.ia asociando otros seres a su PrimogéniJto, comunicándoles su Vida, su felicidad, su dicha infini!ta. Cristo es principio de la creación y también causa de la pre– destinadón de todas llas creatu.ras, orgánicas e inorgánicas, terrenas y celestes, pues ,todas reciben el ser por su voluntad (C Il, 50), a .su ima– gen y semejanza. (AE V, 42.) Por eso Oristo corona el _vérüce del universo: Todo depende de El, 7 Cfr. RI IX, p; T 37; AE I, 39-40; AE XXVI, 47; C II, 50; C III, 59; C III, 55; C III, 56; C III, 58; C III, 58-59; OF 80; OF 85. 16-

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