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dón, toda la gracia, toda la gloria de todos los penitentes y de todos ;los justos y bienaventurados que gozan en el cielo. Por tan– to, nada nos impida, nada nos 1aparte, nada nos estorbe. En todo lugar, en toda hora y ¡en todo tiempo, todos los días sin interrup– qión, todos ,con verdad y humildad creamos y abracemos y ame– mos, honremos, ,adoremos, sirvamos, bendigamos y loemos, glori– fiquemos y ensalcemos, engrandezcamos y rindamos gracias ral Al– tísimo, sumo y ieterno Dios, y a la Trinidad ,y Unidad, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, al Criador de todos y Salvador de los que en El creen y esperan y aman." (RI XXIII, 23.) e) .sz'lmor Dios es Bien comunicativo en la creación. Este Bien comunrcándose no es otra ,cosa que el Amor. Es decir, que el Amor es el Dios-Bien dándose. De manera que en esa idea, síntesis, de Bien, expuesita anteriormente, el Amor viene a ser como la "esencia", lo mási selecto y específico de esa Bondad. Y si San Francisco, teniendo ese concepto tan elevado de Dios, todo Bien, habla tan parcamente del ,Amor de Dios, ¿es porque "es cosa tan sublime y alta el amor ,de Dios, que nó debía tomarse en los labios sino mra vez y con verdadera necesidad, y esto con respeto y venera– ción?'' (EP ,c. 3, n. 34, p. 700.) 10- "Tu eres caridad y amor". (A 68.) "Ruego en caridad, que es Dios". (RI XVII, 16; C. II, 55; RI XXII, 20.) "El amor de Dios, en cuya comparación nada valen ni signi– fican el cielo ni la tierra". (EP., c. 2, n. XVIII, 689.) "Mucho se ha de amar el amor de quien tanto nos amó". (2C' n. 196, p. 503.)
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