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432 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS Y de hecho las relaciones del Santo con la naturaleza irracional e inanimada se nos representan como una escena de paraíso recon– quistado. Un ambiente paradisíaco parece extenderse de nuevo por ese mundo franciscano. Ante aquel hombre de corazón puro, que por amor de Dios ama a todas las criaturas con amor fraternal, los animales no tienen miedo ni temor; le sirven y le siguen y aun los elementos se le muestran sumisos. Una y otra vez vuelve el más anti– guo biógrafo sobre este pensamiento. "Es admirable, dice, que hasta las criaturas irracionales reconocían el cordial afecto que Francisco les tenía y adivinaban su dulcísimo amor ( 23 ). Por eso se esforzaban también todas en pagar al Santo su amor y en mostrársele agradecidas según lo merecía. Cuando las acariciaba, sonreían, cuando les rogaba, le atendían, cuando les mandaba, obedecían" ( 24 ). Esta condescendencia de las criaturas aparece tan pronto como un eco natural que responde al amor del Santo, tan pronto como premio sobrenatural y verdaderamente milagroso de ese amor a la naturaleza. Con todo, el motivo primero y la causa de todas estas mutuas relacio– nes es el amor del Santo a Dios, en lo cual están de acuerdo todas las fuentes de la vida de Francisco. "No es de admirar que las demás criaturas venerasen al que tan perfectamente amaba al Creador", dice Tomás de Celano ( 25 ). Y en otro lugar añade: "El glorioso padre San Francisco caminó tan fielmente por el camino de la obediencia y llevó con tal perfección el yugo de la sujeción, que mereció ser distin– guido en muy alto grado por Dios, haciendo que las criaturas le fuesen obedientes" ( 26 ). Asimismo San Buenaventura dice: "Como Francisco había llegado a una tan grande pureza, que la carne estaba en perfecta armonía con el espíritu y el espíritu con Dios, ocurría por disposición de Dios que la creación, que está por completo al servicio de su Creador, se sometía también milagrosamente a la volun– tad y ordenación del Santo" ( 27 ). El cantor Julián de Espira resumió (23) "Et mirum certe, cum ipsae irrationales creaturae ipsius erga se affec– tum pietatis cognoscerent et amorem dulcissimum praesentirent." lbíd., I, n. 59. (24) "Nituntur proinde creaturae orones vicem amoris rependere Sancto et gratitudine sua pro meritis respondere; blandienti arrident, roganti annuunt, obediunt imperanti." lbíd., 11, n. 166. (25) "Creatoris praecipuum amatorem non mirum si venerantur reliquae crea– turae." Ibíd., II, n. 168. (20) "Sic enim gloriosus pater Franciscus, in via obedientiae ambulans et divinae subiectionis perfecte iugum amplectens, in creaturarum obedientia mag– nam coram Deo adeptus est dignitatem." lbíd., I, n. 61. (27) "Quia enim ad tantam pervenerat puritatem, ut caro spiritui et spiritus Deo harmonía mirabili concordarent, divina ordinatone fiebat ut creatura Factori suo deserviens voluntati et imperio eius mirabiliter subiaceret." S. BoNAV. Leg., c. 5, n. 9.

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