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422 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS por la llama del amor divino" ( 135 ). "Era todo seráfico en ardor", canta el poeta de la Divina Comedia ( 136 ). Y por eso toda la poste– ridad le ha dado este título honorífico: "el Seráfico Francisco". A consecuencia de su amor de Dios su vida y su oración eran tam- bién una continua alabanza de Dios. · Como los juglares mundanos cantaban la gloria de sus héroes, así el espiritual Trovador de Asís quería anunciar a todo el mundo la gloria de Dios y las hazañas de Dios. Apenas hubo oído el primer llamamiento a ser caballero de Cristo, cuando ya se presentó como juglar del Altísimo y comenzó a cantar por campos y bosques las ,alabanzas de su Creador en la lengua de los trovadores provenzales (1 37 ). Poco después creyó promover la honra de su Señor reedificando igle– sias pobres y derruídas. A este fin recorría las calles de su ciudad natal, alabando a Dios como ebrio de amor divino. Una vez termi– nado su canto, pedía limosna y después comenzaba de nuevo el canto de alnbanzas al Señor ( 138 ). Cuando se le hubieron juntado los pri– meros compañeros, los envió de dos en dos a predicar. El mismo con Fray Gil tomó el camino de la Marca, cantando en francés con voz clara y sonora las alabanzas de Dios y ensalzando la bondad del Altísimo (1 39 ). Así continuó durante toda su vida. A veces ya no le bastaban las palabras para expresar su entusiasmo por Dios. Reme– daba entonces algún instrumento músico y tocaba a honra de Dios, imitando los gestos y las actitudes que solían observar los juglares cortesanos (1 4 º). Si, como sucedía con frecuencia, se hallaba arrobado en contempla– ción, quería que sus Frailes alabaran a Dios entre tanto y rogaran por él al Señor ( 141 ). Exhortábales de continuo a ensalzar al Altísimo, diciéndoles que su vida debía estar ordenada de tal modo que toda ella fuera un canto de alabanzas a Dios y estimulara a todos a alabar a Dios ( 142 ). Sucedió una vez que en mitad del campo y bajo una lluvia torrencial se puso el Santo a escribir a los Frailes para excitarlos (135) "Caritatem ferventem, qua Sponsi amicus Franciscus ardebat, quis enarrare sufficiat! Totus namque quasi quidam carbo ignitus divini amoris flamma videbatur absorptus." S. BoNAV., c. 9, n. l. (136) "L'un fu tutto scrafico in ardore." DANTE, Divina Com., Paradiso XI, 37. (137) THoM. CEL., I, n. 16. (138) Tres Soc., n. 21; THOM, CEL. II, n. 13. (139) Tres Soc., n. 33. (140) THOM. CEL., II, n. 127. (141) Tres Soc., n. 15. (142) "Talis deberet esse Fratrum conversatio inter gentes, ut quicumque audiret vel videret eos, glorificaret Patrem caelestem et devote laudaret." Tres Soc., n. 58.