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SAN FRANCISCO Y LA CIENCIA 385 dos de la biblioteca común los libros necesarios, según el oficio y ca– pacidad de cada uno, y después de usarlos devolverlos de nuevo a su lugar ( 116 ). Si hoy o mañana le toca viajar a otro lado, no debe tomar consigo más que el vestido que lleva puesto (1n¡ y el brevia– rio para poder rezar el oficio divino ( 118 ). Pero no faltaron Frailes que en este particular pusieron reparos al Santo ( 119 ). Algunos de ellos pidieron permiso para poder tener siem– pre y llevar consigo al menos excepcionalmente algunos libros ( 12 º). Si bien Francisco toleraba esto a veces en silencie (1 21 ), perso– nalmente se mantuvo firme en su primitiva máxima (1 22 ). Aun al fin de su vida exigió de su sucesor que no fuera un colector de libros, sino que se contentara con un pequeño libro y el escritorio y sello para los negocios de la Orden (1 23 ). Sin embargo también aquí las necesidades, que poco a poco iban au– mentando, fueron más fuertes que el ideal primitivo. Las quejas del Speculurn y de Ubertino, que se remontan a Fray León, nos muestran que los Frailes a menudo llevaban de un lugar a otro los libros, de que no podían carecer. También el Cronista Mateo de París refiere al año 1255 que los Frailes Menores en sus viajes llevaban consigo en una bolsa una pequeña biblioteca ( 124 ). Cinco años más tarde San Buenaventura arregló definitivamente este asunto en las más antiguas ad divinum cultu:n et sacrarum scripturarum studium essent, in communi et m illis addiscerent illi, quibus Deus daret gratiam intellectus." UBERTINus, Rutulus, 111, 1, 13 ff. "Et licet hec (la predicación) supponant scientiam; et sc1entia studium et studium usum libro::um; tamen ex his que dicta sunt supra de verbis sancti fratris Leonis. . . non fuit intentio beati Francisci, quod fratres haberent tot salmas librorum ad usum proprium immo nec unicum librum." Arbor vitae, lib. 5, c. 5. (116) UBERTINus, Declaratio, 179 s. Esta misma idea se halla expresada en los citados pasajes de ToMÁS DE CELANO (II, n. 62) y de los Tres Soc., n. 43. (117) Spec. perf., c. 2, p. 12. UBERTIN.: Declaratio, 168, lign. 1 s. (118) Regula I, c. 3; II, c. 3. Opuse. LEMMENs, 28, 66; BoEHMER, 4, 31. Cfr. nuestro artículo: Saint Franr;ois d'Assise et le Bréviaire romain en: Études franciscaines, V, París, 1901, 490 s. (119) Spec .. perf. 1 pp. 3, 6, 29 s. (120) Sp.ec. perf., ibíd. UnERTIN.: Declaratio, 177 s. ( 12 1) " ... beatus Franciscus tempo,!re suo non fecit ita Regnlam et pauper– tatem (quoad libros) observari a fratribus ... nec ita observandum mandavit ... quia valde timebat scandalum te in se et in fratribus, nolebat contendere cum ipsis, sed condescendebat invitus voluntati eorum." Spec. perf., p. 6. (1 22 ) "Unde ipse ad litteram observavit totum sanctum evangelium (Cf. Luc., IX, 3) a principio, ex quo coepit habere fratres, usque ad diem mortis suae." Spec. perf., p. 9; cfr. 6 s. (123) "Sufficere, inquit, debet huic pro se habitus et libellus, pro fratribus vero penarium et sigillum. Non sit aggregator librorum." THoM. CEL., n. 185. (124) "Libros continue suos, videlicet bibliothecas in forulis a collo <lepen-

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