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360 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS tido de aquel pasaje del Profeta Ezequiel: "Si tú no adviertes al impío que se aparte de su mal camino, yo exigiré su alma de tus ma– nos" (1 52 ), respondió Francisco: "El siervo de Dios de tal manera debe arder con la santidad de vida, que con la luz de su ejemplo y con el lenguaje de su conducta reprenda a todos los malos. De ese modo el resplandor de su vida y el buen olor de su fama harán ver a todos los impíos su maldad" ( 153 ). Por eso es también que en todos los Capítulos de la Orden y en cualquier otra ocasi6n solía prevenir a sus Frailes contra el escán– dalo ( 154 ). Al pensar que algunos Frailes con sus malas obras y ejem– plos habían de causar perjuicio a la Orden, levantó las manos al cielo y con lágrimas en los ojos prorrumpió en estas palabras de plegaria o mejor de execración: "Señor Jesucristo, tú escogiste a los doce apóstoles, de los cuales cayó uno, al paso que los demás siguiéndote a ti, animados de un mismo espíritu predicaron el Evangelio: tú, Señor, acordándote en esta última hora de tu antigua misericordia, has plan– tado la religión de los Frailes, para que sea sostén de tu fe y por su medio se realice el misterio de tu Evangelio. ¿Quién pues te dará satisfacción por ellos, si ellos, en conformidad con su vocación, no muestran ejemplos de luz, sino más bien hacen obras de tinieblas? Por ti, santísimo Señor, por toda la corte celestial y por mí, tu peque– ñuelo siervo, sean malditos los que con su mal ejemplo deshacen y destruyen, lo que tú en un tiempo edificaste y no cesas de edificar por medio de los santos Frailes de la Orden" ( 155 ). Por el contrario decía que se sentía lleno de suavísimos perfumes y ungido con preciosos ungüentos, cuando se le contaban las grandes obras de los santos Frailes esparcidos por todo el mundo. Saltaba de júbilo al saber que estos Frailes con su palabra o su ejemplo conducían (152) EZECH., III, 18. ( 1 53) "Dixit ad eum B. Franciscus: «Si verbum universaliter debet intelligi, taliter ego accipio, quod servus Dei sic debet vita et sanctitate in se ardere, ut luce exempli et lingua conversationis omnes impíos reprehendat. Sic, inquam, splendor vitae eius et odor famae ipsius omnibus annuntiabit iniquitatem eorum.»" THOM. CEL. II, n. 103. (154) Spec. perf-, c. 87, p. 177. (155) " ... Domine Iesu Christe, qui duodenum apostolorum numerum elegisti, de quo licet uno cadente, ceteri tamen adhaerentes tibi sanctum evangelium uno repleti spiritu praedicarunt, tu, Domine, in hac hora novissima antiquae miseri– cordiae memorans, fratrum plantasti religionem in tuae fidei fulcimentum, et ut evangelii tui per eos mysterium impleretur. Quis ergo pro ipsis coram te satisfaciet, si ad quod missi sunt, non solum omnibus lucis exempla non mons– trent, sed potius ostendant opera tenebrarum? A te, sanctissime Domine, et a tota caelesti curia, et a me parvulo tuo sint maledicti qui suo malo exemplo confundunt et destruunt, quod olim per sanctos fratres Ordinis huius aedificasti et aedificare non cessas." THoM. CEL. II, n. 156.

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