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EL APOSTOLADO FRANCISCANO 345 predicar la sagrada Escritura ( 86 ). Inocencio III en 120: otorgó a los Humillados de Lombardía la facultad para dedicarse a la predicación moral, prohibiéndoles expresamente que predicaran sobr;! los artículos de la fe y los sacramentos ( 87 ), es decir, sobre las verdades dogmá– ticas ( 88 ). Los Pobres católicos en 1208 fueron los primeros que solicitaron, y con éxito, el permiso para la predicación dogmática, fundando su petición en que casi todos los miembros de su sociedad eran clérigos y clérigos ilustrados ( 89 ). Por el mismo motivo dos años más tarde recibieron los Lombardos reconciliados con la Iglesia la aprobación para la predicación dogmática ( 90 ). Entretanto también el Poverello con sus once compañeros, iletrados casi en su totalidad ( 91 ), se habían presentado a Inocencio III (1209- 1210), del cual solicitaron y obtuvieron permiso para predicar peni– tencia ( 92 ), lo cual significaba sin duda la autorización para darse a la predicación moral en oposición a la predicación dogmática. Pero, con todo, el Papa les dió también la esperanza de permitirles la predicación dogmática, al añadir "que aún les otorgaría más favores y les encomendaría con más firme confianza mayores cosas, tan pronto como fueran aumentándose y se hubieran acreditado (como predica- (86) "Vocati ab archiepiscopo lugdunensi... prohibuit eis, ne intromitterent se de Scripturis exponendis vel praedicandis." ETIENNE DE BouRBON, Anecdotes historiques, ed. LECOY DE LA MARCHE, 291 s. (87) " ... Licentia dioecesani episcopi verbum exhortationis proponent hiis, qui convenerint ad audiendum verbum Dei, monentes et inducentes eos ad mores honestos et opera pietatis, ita quod de articulis fidei et sacramentis Eccle– siae non loquantur." TmAnoscr-n, Vetera Hrimiliatorum monumenta, II, Medio– lani, 1767, 134. (88) Es evidente que por "artículos de la fe y sacramentos de la Iglesia" hay que entender las verdades dogmáticas, por "buenas costumbres y obras pia– dosas" las verdades morales. Esta distinción era bastante general, desde el siglo xn. Precisamente, ALEJANDRO III, que por primera vez concedió a los Valdenses el permiso para predicar (ANoNYMUS LAUDUNENSIS,: Recueil des hist. des Gaules, XIII, 682; Monum. Germ. bist., Script., XXVI, 449), divide toda la Teología en tres partes: "fides, sacramenta, caritas (mores honesti et opera caritatis). Cfr. DENIFLE, Die Sentenzen des Magíster Roland, Papstes Alexan– der III, en: Arcbiv für Literatur-und Kircbengescbicbte, I, 434. (89) "Cum autem ex magna parte clerici simus et pene omnes litterati lec– tioni, exhortationi, doctrinae et disputationi contra omnes errorum sectas de– crevimus desudare." INocENTII III, Epist., lib. 11, c. 196. MIGNE: Patr. lat. 215, 1513 Cfr. PIERRON: Die katolischen Armen, Friburgo de Brisgovi2., 1911, donde en la pág. 172 ss. se reproduce en entero la Regla de esta sociedrcd. (90) Véase en PIERRON (l. c. 176-182) las reglas de los Lombardos reconci– liados, de los años 1210 y 1212. (91) "Et eramus idiotae." Test., Opuse. LEMMENs, 81; BoEHMER, 37. (92) Cfr. supra, p. 341.

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