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336 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS bajo es elevar moral y religiosamente a los hombres por sus palabras y sus ejemplos ( 46 ). Estas exhortaciones debían ser practicadas también más tarde, inde– pendientemente de la predicación propiamente dicha. Francisco lo nota expresamente en la Regla de 1221 y aun añade un plan, muy importante para nosotros, de una semejante amonestación. Bajo el título: "De la alabanza de Dios y exhortación que todos los Frailes pueden hctcer a los cristianos", dice en dicha Regla: "Ésta o semejante amonestación y alabanza pueden hacer todos mis Frailes, siempre que les parezca bien, entre cualesquier hombres con la bendición de Dios: Temed y honrad, alabad y bendecid, load y adorad al Señor Dios Todopoderoso en Trinidad y en Unidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Creador de todas las cosas. Haced penitencia, haced frutos dignos de penitencia ( 47 ), pues sabed que pronto habéis de, morir. Dad y se os dará, perdonad y os será perdonado ( 48 ), y si no perdonáis a los hom– bres sus pecados, tampoco el Señor os perdonará vuestros pecados ( 49 ). Confesad todos vuestros pecados. Bienaventurados los que mueren en penitencia, porque entrarán en el reino de los cielos. ¡Ay de aquellos que no mueren en penitencia, porque serán hijos del demonio, cuyas obras hacen, e irán al fuego eterno! Guardaos y absteneos de todo mal y perseverad en el bien hasta el fin" ( 5 º). Por medio de estas sencillas amonestaciones todos los Frailes, clérigos y legos podían tomar parte en el apostolado. Pero al lado de estas exhortaciones existía la predicación propiamente dicha, la cual no estaba permitida a todos los Frailes. No se trataba, según luego veremos, de la predicaci6n dogmática sino solamente de la predicación moral, la cual por su contenido apenas se diferenciaba sustancialmente de las exhortaciones de que hasta ahora hemos hablado. únicamente que la predicación propiamente dicha se ejercía en nom– bre y por encargo de la Iglesia, tenía por lo mismo un carácter oficial eclesiástico y podía hacerse no sólo fuera de las iglesias sino también en lugar sagrado y durante los oficios litúrgicos ( 51 ); y por lo mismo (46) "Hii autem... fervente desiderio et vehemente studio singulis diebus laborant, ut animas, quae pereunt, a saeculi vanitatibus retrahant et eas secum ducant. Et iam per gratiam Dei magnum fructum fecerunt et multos lucrati sunt ... De die intrant in civitates et villas, ut aliquos lucrifaciat operam dantes actioni, nocte vero revertuntur ad eremum vel loca solitaria vacantes con– templationi." Lti.coBr VrTRIAC. Epist. data lanuae, octubre 1216, en BoEHMER, Analekten, 98, n. 8, 9. (47) MAT., III, 2 y Luc., III, 8. (48) Luc., VI, 37 ss. (49) MARc., XI, 26. (5-0) Regula I, c. 21, Opuse., ed. LEMMENS, 50 ss.; BoEHMER, 18 ss. (51) En nuestra obra: Geschichte der wissenschaftlichen Studien im Franzis-

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