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EL APOSTOLADO FRANCISCANO 333 órdenes, en especial el profesor de París Guillermo de St. Amour, que entonces escribió su famosa obra "Sobre los peligros de los últi– mos tiempos"; pero fueron brillantemente refutados por los dos grandes genios Tomás de Aquino y Buenaventura de Bagnorea ( 27 ), y condenados por la Iglesia ( 28 ). La apología que San Buenaventura escribió para defender la acti– vidad de sus hermanos como preé.icadores y como confesores ( 29 ) está animada de un grande entusiasmo y a la vez de un amor y res– peto verdaderamente franciscano para con el clero secular. Ella viene a resumirse en estos pensamientos principales: los Frailes, lejos de rivalizar con el clero secular, quieren en unión con él conducir a Dios toda la humanidad ( 3 º). Los Frailes saben bien que sólo por un especial privilegio del Papa pueden predicar y oír confesiones ( 31 ), mientras que los párrocos tienen el derecho y el deber de la cura de almas ordinaria. Según esto los Frailes son nada más que pesca– dores de la segunda barca, los cua~es fueron llamados por los de la primera, cuando la pesca resultó muy abundante ( 32 ). Toman parte en las fatigas y trabajos del clero parroquia~ sin perjudicar a su cargo y su prebenda (3 3 ). En sus sermones recuerdan sin cesar al pueblo sus deberes para con el clero ( 34 ) y están muy lejos de apartar a las gentes de la instrucción dada por el clero ( 35 ). En el confesonario acogen únicamente a los pecadores que se presentan de su propia voluntad, y a todo penitente lo envían luego a su pirroco, si en el espacio de un año no se han confesado con él ( 36 ). Por lo demás en todo esto obran los Frailes según la misión y la ordenación de la Sede Apostólica, la cual les ha encargado que como predicadores y confesores en todo el mundo instruyan y conduzcan al bien no sólo ( 2 7) Los escritos de ambos, que se relacionan con esta cuestión, fueron publi– cados juntos por SoLDATI: SS. Thomae et Bonaventurae opuscula adversus Guíllelmum de St. Amore, Roma, 1773. ( 28 ) Véase el artículo de BXuMKER, fVilhelm von St. Amour, en: K.irchens– lexikon, XII, 2\1 ed., Friburgo de Brisgovia, 1901, 1580-1586. ( 29 ) Especialmente en los dos tratados: Determinationes quaestionum, pars I, q. 2; y Quare Fratres Minores praedic.ent et confessiones audíant, Opera, vrn, 337-381. (3·0) !bíd., 338, 380. (31) lbíd., 338ss., 380, n. 19. (32) lbíd., 339, 377, n. 11. (33) lbíd., 339, 377, n. 9. ( 3 1) lbíd., 372-374. (35) lbíd., 338, n. 12. ( 36 ) Opera, IV, 452-455; VIII, 356, 378, 380. Los Frailes hacían esto, según lo declara repetidas veces San Buenaventura, por cumplir la ordenación del cuarto Concilio de Letrán, que mandaba que todo fiel se confesara por lo menos una vez al año con su propio párroco.
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