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EL APOS'I'OLADO FRANCISCANO 321 el apostolado entre infieles como una parte esencial del ideal y de la actividad franciscana. Más aún. Esta participación en las misiones entre infieles la con– sideraba Francisco como la más noble tarea de su Orden. Hablando de las diferentes clases de obediencias, es decir, de las ocupaciones en que se emplean los Frailes por obediencia, decía: "La más alta obedien– cia, aquella en que la carne y la sangre no tienen parte alguna, es cuando uno por civina inspiración va entre los infieles, bien sea para salvar al prójimo o bien por alcanzar el martirio. Creía ser cosa muy agradable a Dios pedir esta obediencia a los superiores" ( 87 ). En un principio dirigió Francisco sus miradas principalmente a las misiones entre los sarracenos, porque en aquel tiempo el mahometis– mo era el adversario más peligroso del Cristianismo y amenazaba al Occidente cristian.:) por el Este, Sur y Oeste. Por eso no sólo fué el mismo Francisco entre los sarracenos como mensajerc de la fe, sino que además continuamente señalaba nuevos Frailes para esta misión. Ya en los primeros tiempos manda a Fray Gil trasladarse a Túnez ( 88 ); en 1218 envió a Siria un grupo de misioneros a las órdenes de Fray Elías Bombarone ( 89 ). Cuando un año más tarde el Santo moraba en Damieta, un gran número de Frailes Menores trabajaban en las diversas ciudades del sultanato de Siria ( 9 º). Al mismo tiempo con esta misión de Oriente, hizo partir el santo Fundador una segunda por el camino de tierra hacia los moros de España y Marruecos. Los cinco misioneros Berardo, Pedro, Acursio, Otón y Adyuto, predicaron y sufrieron primero en la ciudad de Sevilla, entonces sometida a los sarracenos, y por fin después de inde– cibles tormentos fueron degollados en Marruecos por manos del mismo Sultán Miramamolín (16 de enero de 1220) (9 1 ). Francisco (87) "Summam vero (oboedientiam) et in qua nihil haberet caro et sanguis illam essc crcdebat, qua divina inspiratíone inter infideles itur, sive ob proxi– morum lucrum, sive ob martyrii desider.ium. Hanc vero petere multum Deo iudicabat acceptum." TI-IoM. CEL. II, n. 152. Había con todo una obediencia que Francisco estimaba superior a la de :r entre los infieles; era la obediencia de marchar a Alemar:ia. La primera expedición, que fué allí ( 1219), había sido tratada tan cruelmente por habérselos creído herejes, que el Santo a ningún Fraile quería imponer la obligación de ir a Alemania. Por eso dos años más tarde a los Frailes que se hicieron alistar para Teutonia, prometió una bendición de la obediencia más abundante que a los misioneros entre los sarracenos: "Qui zelo Dei et animarum inspira ti ire vellent (in Theutoniam), eandem eis obedien– tiam immo ampliorem dare vult (Franciscus), quam daret euntibus ultra mare." IoRo. A IANo, n. 17. (88) Vita fr. Aegidíi, ed. Anal. franc., III, 78. (89) loRo. A IANo, n. 7. (90) IAc. VITRIACENSIS Hist. Orientalis, lib. II, c. 32, en BoEHMER, Anal., 105. (91) Jordán de Giano (n. 8) menciona ya una leyenda ele estos primeros

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