BCCCAP00000000000000000000714
310 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS grandeza de corazón. Su palabra era como fuego abrasador, pene– trando lo íntimo del corazón y llenando de admiración todos los espíritus" ( 36 ). La impresión que el nuevo apóstol producía era tan poderosa, que no sólo se convertían las gentes en masa ( 37 ), sino que algunos varones de ánimo esforzado tomaron la determinación de juntarse con el pobre predicador y abrazar su misma profesión. Francisco los condujo a la vecina iglesia y en su presencia hizo abrir el Evangelio para conocer si también ellos eran en efecto escogidos para la vida apostólica y para las obras de apostolado. Tres veces abrieron al acaso el sagrado libro y las tres apareció ante sus ojos atónitos el Evangelio de la misión de los Apóstoles. Volvióse entonces el Santo a sus compañeros y les dijo: "Hermanos, ésta es nuestra vida y nuestra regla; y asimismo la de todos aquellos que quieran juntarse a nuestra compañía. Id, pues, y cumplid lo que habéis oído" ( 38 ). Fuéronse, pues, vendieron sus bienes y los repartieron entre los pobres y después emprendieron con Francisco su primer viaje apostólico. La pequeña sociedad de Francisco se componía aún de cuatro hom– bres, los cuales según el consejo dado a los Apóstoles, caminaban de dos en dos, tomando Francisco con Fray Gil el camino de la Marca de Ancona, mientras Fray Silvestre de Asís con Bernardo de Quinta– valle tomaron otra dirección. Pero la manera como ejercitaban el apostolado era muy original. El santo Fundador caminaba cantando, según su costumbre, con voz clara y alta canciones francesas, con las cuales ensalzaba al Altísimo y alababa su bondad infinita; y a todos los que encontraba por los caminos, en aldeas o ciudades, exhortaba a que amaran y temieran a Dios e hicieran penitencia por los pecados cometidos. Fray Gil, por su parte, advertía a las gentes que escucha– ran a Francisco y le creyeran, porque les aconsejaba muy bien ( 39 ). Cuando los Frailes después de una breve temporada volvieron a reunirse de nuevo, se les juntaron otros cuatro varones más ( 4 º), a los (36) "Exinde cum magno fervore spiritus et gaudio mentís coepit omnibus poenitentiam praedicare, verbo simplici, sed carde magnifico aedificans audientes. Erat verbum eius velut ignis ardens, penetrans intima cordis, et omnium mentes admiratione replebat." THoM. CEL. I, n. 23. (37) Ibídem. (38) Tres Soc., n. 28 ss.; THoM. CEL. I, n. 24; II, n. 15; Vita fr. Aegidii, 75; S. BoNAv., c. 3, n. 3-4. (39) " ... vir sanctus alta et clara voce laudes gallice cantans, benedicebat et glorificabat Altissimi bonitatem... Licet autem vir Dei nondum plene populo praedicaret, quando tamen per civitates et rnstella transibat, exhortabatur omnes, ut amarent et timerent Deum atque poenitentiam agerent de peccatis. Frater autem Aegidius admonebat audientcs, ut ei crederent, quia eis optime consulebat." Tres Socii, n. 33. (40) THOM. Cm,. I, n. 25, 29, Tres Socii., n. 35.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz