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XIV. OBRA DE PAZ DE SAN FRANCISCO TA caridad franciscana no se redujo al cuidado de los enfermos y a L la solicitud por los pobres; por su acción de paz el Poverello ha venido a ser un bienhechor de toda la sociedad. l. Hijo legítimo de la "dulce Asís" -la dolce Assisi- y de la apa– cible Umbría, Francisco estaba ya naturalmente predestinado para la obra de paz. Todo lo tierno y suave le atraía, del mismo modo que sentía involuntaria aversión contra todo lo duro, lo áspero, lo vio– lento. Tenía una manifiesta predilección por Fray Ovejuela de Dios, Fray Juan el Simple, Fray Enebro (Junípero), Fray Masseo, Fray Gil y otros hombres semejantes, así como también por los corderillos, las palomillas, los ruiseñores, mientras que amenaza al puerco cruel (1) y obliga a mudar de vida al lobo feroz (2). En su juventud, estando prisionero, su paciencia vence el carácter altivo e insufrible de un compañero de cautiverio y consigue que los demás compañeros lo admitan de nuevo en su amistad ( 3 ). Pero con todo, lo que definitivamente le condujo a ser un mediador de paz fué su vocación a la vida evangélica. Entonces fué cuando oyó el Evangelio de la misión de los Apóstoles y en él aquella amonestación: "Cuando entréis en una casa, saludadla diciendo: La paz sea en esta casa" ( 4 ). Consideraba estas palabras, al igual que la vocación a él dirigida, como una revelación propiamente dicha de Dios. Durante toda su vida sostuvo la realidad de esta revelación y todavía en el momento de la muerte aseguraba: "Esta salutación me reveló el Señor que dijésemos: El Señor os dé paz" ( 5 ). Por eso incluyó también en la Regla el pasaje del Evangelio en que se contiene el saludo de paz y mandó a los Frailes que en todas partes desearan la paz a los hombres y que al pisar una casa dijeran ante todo: "Paz sea en esta casa" ( 6 ). Esto en un principio llamaba mucho (1) THoM. CEL. II, n. 111. (2) lbíd., n. 35 ss. Cfr. Aetus, c. 23. (3) Ibíd., n. 4. (4) MAT., X, 12. Vide supra, p. 8 ss. (5) "Salutationem hanc revelavit mihi Dominus, ut diceremus: Dominus det tibi pacem." Testament., Opuse., ed. LEMMENs, 80; BoEHMER, 38. (G) Regula I, c. 14; Opuse., ed. LEMMENS, 42; BoEHMER, 13. 290
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