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SAN FRANCISCO Y LAS OBRAS DE MISERICORDIA 287 de lo suyo podía dar a los pobres, les prestaba su brazo. Siempre que se encontraba pobres que llevaban fajos de leña u otros pesos, tomaba aquella carga sobre sus hombros ya sin eso bastante débiles, y la llevaba al lugar deseado ( 56 ). Así amaba a los pobres desde lo más profundo de su alma y de esa manera imitaba con toda perfección al divino Salvador pobre ( 57 ). No es maravilla que el amor de los pobres haya pasado como pre– ciosa herencia a sus discípulos y a toda su Orden. Ya en otro lugar hemos expuesto con qué rigor seguían los primeros Frailes la orde– nación de San Francisco según la cual los que entraban en la Orden debían distribuir, a ser posible, a los pobres todos sus bienes ( 58 ). No contentos con eso, después voluntaria y gozosamente hacían partici– pantes a los pobres de las limosnas que recibían por amor de Dios. Si nada de comer podían dar a un pobre, le daban alguna prenda de vestir de las que llevaban puestas. Con frecuencia les sucedía soltar el capucho del hábito o cortar una manga para no despedir sin nada a los pobres y cumplir la palabra del Evangelio: "Da a todo el que te pida" ( 59 ). Sería cosa muy interesante y al mismo tiempo de mucha edificación el mostrar al pormenor la solicitud que los discípulos de San Francisco tenían por los pobres. Citemos al menos algunos ejemplos. El Beato Gil, tercer compañero del santo Fundador, acababa de juntarse a San Francisco. Yendo de camino a Asís, a buscar allí tela para un hábito, se encontraron con una mujer que iba mendigando. El novicio se quitó al punto la capa y se la dió a la pobre ( 60 ). Al poco rato se acercó a Gil otro pobre pidiéndole limosna, y como no tenía otra cosa que la túnica que le diera Francisco, soltó el capucho, se lo dió al pobre y anduvo 20 días sin capucho ( 61 ). Siempre que le era posible, no sólo se ganaba la vida con el trabajo de sus manos, (56) "Frequenter proinde inveniens pauperes lignis vel aliis sarcinis oneratos, ad adiuvandum illos proprios humeros, Iicet nimium debiles, supponebat." Ibíd., I, n. 76. (57) "Talibus erga pauperes affluebat pietatis visceribus, talibusque vestigia pauperis Christi prosequebatur affectibus." lbíd., II, n. 90. (58) Cfr. pp. 115-116. (59) "Cum autem in eis et inter eos esset vera paupertas, erant tamen liberales et largi de omnibus sibi pro Domino collatis, Iibenter dantes amore ipsius omnibus petentibus et maxime pauperibus eleemosynas eis datas. Quando vero ibant per viam et inveniebant pauperes petentes aliquid ah eis amore Dei, cum non habe– bant aliud, quod praeberent, dabant aliquam partem de vestibus suis, licet vilibus. Quandoque enim dabant capucium, dividentes ipsum a tunica, quandoque mani– cam ut evangelicum illud implerent: Omni petente te tribue." Tres Socii, 11. 43 SS, (60) Vita fr. Aegidii, 76. (61) lbíd., 76.

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