BCCCAP00000000000000000000714
284 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS · En caso de necesidad Francisco regalaba hasta los vestidos que lle– vaba puestos. Según advierte Tomás de Celano, Francisco había ejer– citado con predilección ya en su juventud esta obra de caridad. ¡Con cuánta frecuencia siendo joven seglar se quitaba sus ricas vestiduras para regalarlas al primer pobre que le saliere al encuentro! ( 48 ). Mas ahora era él mismo pobre y no podía enajenar el único hábito que tenía, por lo cual solía muchas veces tomar un manto para poder entregarlo en la primera ocasión a un pobre que encontrara de frío. Una vez, hallándose en la comarca de Celano en un invierno muy riguroso, para defenderse del frío se había puesto Francisco a manera de manto, una pieza de paño, que le había regalado un vecino de Tívoli, amigo de los Frailes. De pronto se encontró con una anciana que le pidió limosna. Al momento quitó el manto de sus hombros y se lo dió a la anciana diciéndole: "Toma, hazte un traje bien caliente, pues buena necesidad tienes." Sonrióse la anciana y sobreco– gida no sé si de gozo o de temor tomó el paño de manos de Francisco, marchóse presurosa y lo cortó con la tijera, a fin de no dejar al dador tiempo para volverlo a reclamar. Pero cuando vió que la tela cortada no bastaba para un traje, volvió a Francisco, cuya bondad había experimentado y le hizo notar lo que faltaba. El Santo, mirando a su compañero, que traía un paño semejante sobre sus hombros, le dijo: "Hermano, ¿oyes lo que dice esta pobre mujer? Suframos por amor de Dios el frío y da el paño a esta pobrecílla, para que pueda ha– cerse un vestido completo." El había dado ya su manto, ahora lo dió el compañero y ambos quedaron despojados por vestir a la anciana" ( 49 ). Escenas como éstas se repetían con frecuencia. Cuando aquel varón tan rico en pobreza no tenía en tiempo de frío riguroso nada con que poder calentar a otros pobres, se le partía el corazón de pena. Entonces acercábase resueltamente a personas pudientes, rogándoles le prestaran un manto o un abrigo. Como los interpelados se avenían gustosos a cumplir los deseos del santo varón, éste añadía dándoles las gracias: "Recibo esto de vosotros con esta condición, que en modo alguno esperéis volverlo a recobrar." Y después tan pronto como en– contraba a un pobre, lo cubría alegre y gozoso con el manto adqui– rido de esa manera ( 5 º). (48) "Sed iam pauperum amator exstitit praecipuus, iam id quod perfecte fu– turus erat sacra spirabant initia. Frequenter proinde exuens semetipsum pauperes induit, quibus se simikm fieri nondum operis exsecutione, sed toto iam corde contendit... " lbíd., II, 11. 8. ( 4 9) " ... Audis, inquit, frater, quid haec paupercula dicit? Amore Dei tole- remus algorem, et da pauperculae pannum, ut tunicam compleat. Dederat ipse, donat et socius, et uterque nudus remanet, ut vetula vestiatur." lbíd., II, 11. 86. (úO) "Sed ut dittissimus pauper, magno pietatis affectu ductus, posset utcumque
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz