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270 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS No contento con esto quería Francisco que sus discípulos amaran con amor fraterno aun a los mismos enemigos. Verdad es que con esto no hacía más que cumplir un precepto evangélico que a todos obliga; pero son muy significativas la viveza y decisión con que Fran– cisco entiende este precepto, la universalidad en su aplicación y la frecuencia e insistencia con que recomienda el cumplimiento del mis– mo. Recordemos algunas instrucciones y ordenaciones sobre este particular. Al enviar a sus primeros Frailes a predicar les dirigió el santo Fun– dador esta arenga: "Id, carísimos hijos, de dos en dos en todas las direcciones del cielo, predicad a los hombres paz y penitencia para remisión de los pecados, sufrid con paciencia en la persecución y estad sin preocupaciones, porque el Señor cumplirá su propósito y su promesa. Si os preguntan, responded humildemente; si os persiguen, bendecidlos; si os hacen injusticias y os calumnian, dadles gracias, por– que en cambio nos está preparado el reino eterno" ( 78 ). Conforme a esto el Santo manda en las Reglas de la Orden que los Frailes practiquen con tanta perfección el amor de los enemigos, como Cristo lo practicó y enseñó: "Los Frailes no resistan al mal– vado (7-9), antes bien al que les hiere en una mejilla, preséntenle la otra, y al que les quita la capa denle también la túnica. Pónganse a disposición de aquel que les pide algo, y si alguno les quita lo suyo, no se lo reclamen ( 8 º). Y todos los Frailes dondequiera que estuvieren, acuérdense de que se han entregado a sí mismos a nuestro Señor Jesu– cristo, y de que le han entregado sus cuerpos, y por amor de él ex– pónganse a los enemigos tanto visibles como invisibles; porque dice el Señor: El que por mí pierde su vida, la guardará para la vida eterna ( 81 ). Bienaventurados los que padecen persecución por la jus– ticia, porque de ellos es el reino de los cielos ( 82 ). Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros ( 83 ). Si os persiguen en una ciudad, huid a otra ( 84 ). Dichosos seréis cuando los hombres os aborrezcan y calumnien, y cuando os desechen y desprecien y os quiten el buen nombre y digan de vosotros todo mal por mi causa, iustificare. Dicebat etiam, quod volebat, ut fratres reverentur tales ut fratres et dominas suos: quia fratres sunt, in quantum ab uno Creatore creati; domini sunt, in qrnmtum bonos 11.diuvant ad poenitentiam, eis necessuria corporis minis– trantes." Tres Soc., n. 58. (78) THOM, CEL. I, 11. 29. (79) MAT., V, 39. (80) Luc., VI, 29, 30. (81) MARc., VIII, 35; Luc., IX, 24. (82) MAT., V, 10. (83) IoAN., XV, 20. (84) MAT., X, 23.

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