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XI. LA ALEGRÍA FRANCISCANA T A alegría del Poverello y de sus discípulos no es propiamente ha– L blando una virtud, sino más bien el perfume de todas las virtudes que hemos considerado hasta aquí, el perpetuo encanto primave– ral de la vida franciscana, la purísima atm6sfera de todo el movimiento franciscano. Es por lo mismo una señal característica del ideal fran– ciscano y forma por decirlo así el armonioso marco en que está encua– drado ese ideal. I. Francisco mismo era ya por naturaleza alegre y jocundo, según testimonio de los Tres Compañeros (1). "De su madre le venía el natural alegre", puede decirse seguramente de él. La señora Pica, originaria de la serena Provenza, tan rica en cantos y música, le dió un corazón tan alegre, que nunca se dejó anublar por la sombría, calculadora y dura alma de comerciante de su padre Pedro Bernar– done. Ni siquiera la participación en el negocio paterno fué bastante para aguar su alegría juvenil. Hijo de comerciante, prudente y bien puesto en su negocio, fué siempre un hombre afortunado, "un joven de buen humor, lleno de alegría, dado a los juegos y al canto", según se expresan sus biógrafos ( 2 ). La gaya scienza, "la alegre ciencia" de los trovadores acabó de he– chizar el corazón de Francisco, que tan alegre concepto se había formado de la vida. Todas las cortes grandes y pequeñas, todas las ciudades y villas de Italia resonaban por entonces con las rimas y melo– días de los troveros o juglares, de los poetas y músicos caballerescos. Francisco mismo estableció en su ciudad natal una "corte" de tan alegres individuos. Se hizo un traje de juglar, de dos colores ( 3 ), tomó un cetro en su mano y así como rey de la juventud iba con sus ami– gos de fiesta en fiesta ( 4 ), "siendo el primero en los juegos, en los ( 1 ) "Naturaliter erat hilaris et iocundus." Tres Socii, n. 4. ( 2 ) "Hic postquam fuit adultus et subtilis ingenii factus, artem patris, id est negotiationem exercuit. Sed dissimiliter valde, quoniam iprn hilarior et li– bcralior, deditus iocis et cantilenis ... iuvenis iocosus." Tres Socii, n. 2, 3. (3) "In eodem indumento pannum valde carum panno vilissimo consui fa– ciebat.'' Tres Socii, n. 2. (4) THOM, CEL. I, 1-3; II, n. 7. Tres Socii, n. 1-2. 239

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