BCCCAP00000000000000000000714
CASTIDAD Y PENITENCIA DE SAN FRANCISCO 233 Y es que Francisco prohibía decididamente este excesivo rigor. "Era el único punto, advierte su biógrafo, en que su ejemplo no estaba en armonía con sus palabras." ( 67 ). Éi mismo trataba S"J cuerpo con inhumana crueldad, porque opinaba, que él por un lado era peor que todos y por otro se creía obligado a más que los demás ( 68 ). Pero esto no había de servir de norma a sus Frailes y a la Orden misma. En pú– blico capítulo reprendió por lo mismo a los que iban demasiado lejos en las vigilias nocturnas, en los ayuno;; y otras penitencias corporales, mandando que trataran con benignidad y razonablemente al hermano cuerpo ( 69 ). También en su trato privado aconsejaba siempre mucha prudencia y cautela en la penitencia. "Hay que proveer con discreción, decía, al hermano cuerpo, para que de él :10 se desencadene una tempestad de desaliento. Hay que quitarle todo motivo de murmuración para que no se canse de velar y permanecer devotamente en oración. De lo contrario podría decir: Estoy muriéndome de hamb::e y no puedo sobrellevar el peso de tus ejercicios. Pero si después de comer sufi– ciente comida viniera con esas quejas, sepa que al jumento perezoso convienen las espuelas y al asno inactivo el aguijón" (7'l). Por fortuna conocemos por Tomás de Eccleston y Tomás de Celano la amabilidad con que Francisco aplicaba estos principios. El primero oyó de boca de Fray Alberto de Pisa el siguiente caso particular. Fray Alberto, que fué después General de la Orden (1239-1240), morando durante algún tiempo en un hospital, hacía rigurosos ayunos, a pesar de estar ocupado en el molesto cuidado de enfermos. Fran- multis et ieiuniis macerati continuis, multoties defecissent, nisi pii patris moni– tione assidua rigorem tantae abstinentiae relaxassent." THoM. CEL. II, n. 21. ( 6 7) ''.Hoc solo documento dissona fuit manus a lingua in patre sanctissimo. Corpus enim suum utique innocens flagelis et penuriis subigebat, multiplicans ei vulnera sine causa." THoM. CEL. II, n. 129. (68) Spec. perf. 1 c. 27. ( 69 ) "Argebat praeterea pius pater fratres suos, qui nimis erant sibi ipsis austeri, vigiliis et ieiuniis et corporalibus exercitiis nimium insudantes. . . Quos vir Dei prohibebat, admonens eos benigne et rationabiliter reprehendens arque ipsorum vulnera alligans salutarium vinculis praeceptorum." Tres Socii, n. 59. El Specul. perf. (c. 27), refiere que con esta ocasión Francisco prohibió los cilicios y semejantes instrumentos y ordenó que los Frailes no trajeran sobre su cuerpo más que el hábito de la Orden. Los Fioretti (c. 18) colocan este hecho en el llamado Capítulo de las Esteras, y amplifican, exagerándolo sin duda, el relato de los Tres Compañeros y del Speculum perf. con estas palabras: "Entonces S. Francisco, como Padre discretísimo, mandó por santa obediencia que todos los que llevasen cilicios o argollas de hierro se los diesen, y así lo hicieron, y le fueron entregados más de quinientos cilicios y muchas más argo– llas de los brazos y de la cintura; tantas que formaron un gran montón, y San Francisco hizo que los dejasen allí." (70) THoM. CEL. II, n. 129. Cfr. Spec. perf., c. 97.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz