BCCCAP00000000000000000000714
224 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS Para Clara fué durante toda la vida un amigo paternal en el mejor sentido de la palabra. Era máxima suya que uno e idéntico espíritu había sacado del mundo a él y sus Frailes por un lado, y a Clara y sus hijas por otro, y que por lo tanto ese mismo espíritu debía unirlos constantemente ( 23 ). Como los Frailes se admiraran de que él tan raras veces consolara a las siervas de Cristo con su presencia corporal, res– pondió el Santo: "No vayáis a creer que yo no las amo perfectamente. Si fuera un crimen el amarlas en Cristo, ¿no hubiera sido mayor crimen el haberlas desposado con Cristo? Y a la verdad, si yo no las hubiera llamado a vida religiosa, no les hubiera hecho ninguna injuria; pero el abandonarlas, después de haberlas llamado, sería suma crueldad. Si pues las visito tan pocas veces, es para daros ejemplo, a fin de que hagáis vosotros como lo he hecho yo" ( 24 ). Como Santa Clara en vista de que las visitas a San Damián se hacían cada vez más raras, estuviese intranquila temiendo que el padre espi– ritual las iba a dejar por completo, Francisco le escribió las siguientes palabras: "Ya que por divina inspiración os habéis hecho hijas y sier– vas del Rey supremo, del Padre celestial y os habéis desposado con el Espíritu Santo, eligiendo el vivir según la perfección del Santo Evan– gelio, yo quiero y os prometo tener diligente cuidado y especial solici– tud de vosotras por mí y por medio de mis Frailes, como yo la tengo de ellos" ( 25 ). Mantuvo fielmente hasta la muerte esta promesa y estando para morir la impuso como una obligación a sus Frailes, car– gando sobre ello su conciencia ( 26 ). Igualmente fiel y fuerte era la amistad que le unió con Jacoba de Settesoli. Esta nobilísima y santa señora romana había merecido un amor especial de Francisco a causa de su virtud varonil y de sus bene– ficios para con la Orden ( 27 ). Ella por su parte amó también de todo corazón a Francisco hasta la muerte ( 28 ), por lo cual el Santo no quiso marcharse de este mundo sin despedirse de ella. Pocos días antes de su muerte mandó escribirle una carta, rogándole que viniera a la mayor (23) "Unum atque eumdem spiritum, dicens, fratres et dominas illas pau– perculas de hoc saeculo eduxisse." Ibíd., n. 204. (24) Ibíd., n. 205. (25) Forma vivendi sororibus S. Clarae data. Opuse., ed. LEMMENS, 75; BoEHMER, 35. (26) " ... promisit eis et aliis paupertatem in simili conversatione profiten– tibus firmiter suum et fratrum suorum auxilium et consillium perpetuo exhibere. Haec semper, dum vixit, diligenter exsolvit, et fieri semper, cum morti proxi– mus esset, non negligenter mandavit." THOM. CEL. II, n. 204; cfr. THoM. CEL. II, n. 116 s.; Spec. perf., c. 90. (27) "lacoba de Septem Soliis claritate et sanctitate pari in urbe romana, privilegium amoris praecipui meruerat apud sanctum." THoM. CEL., Tract. de miraculis, n. 37. (28) "Domina Jacoba eum ardenter dilexerat exsulem." lbíd.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz