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CASTIDAD Y PENITENCIA DE SAN FRANCISCO 221 precaución y- retraimiento en el trato con las personas de distinto sexo, ,.;allficando la familiaric.ad con mujeres de dulce veneno, que hace caer a los que son flacos en la virtud y expone, al que es fuerte, a graves ataques. Solía decir: "Conversar con mujeres y evitar sin embargo su pernicioso influjo (a no ser que se trate de hombres muy bien pro– bados), es, en frase de la Escirtura, tan fácil como andar sobre el fuego y no quemarse las plantas de los pies" ( 11 ). Por esto mandaba a sus Frailes que se mantuvieran lo más lejos posi– ble de las mujeres, afirmando con frecuencia que no les es permitido hablar con ellas, como no sea por motivo de confesarlas o de darles breves consejos e instrucciones. Expresamente advertía: "¡Qué nego– cios tiene un Fraile Me:1or que tratar con una mujer, a no ser que pida devotamente el Sacramento de la penitencia o consejo para una vida más perfecta?" (1 2 ) • Según estas máximas obró él toda su vida. Sólo muy a disgusto entraba en conversación con mujeres y tan pronto como la pesada locuacidad de estas llegaba a chocar con su hablar breve y humilde. interrumpía el diálogo y con los ojos bajos recurría al silencio. A me– nudo levantaba los ojos al cielo, como si quisiera hacer bajar de allá lo que había de responder en la tierra a aquellas importunas. Pero a las mujeres, que venían a él realmente por motivos de vida espiritual y que se aprovechaban de su conversación para progresar en la virtud, las ins– truía con palabras admirables, pero breves. Cuando hablaba con una mujer, hacíalo en voz alta para que todos pudieran oír lo que decía ( 13 ). En tales casos guardaba y recomendaba en especial la modestia en los ojos, llegando hasta tal punto, que un día pudo confesar a su com– pañero: "Te aseguro, carísimo hermano, que a ninguna mujer recono– cería de cara, fuera de dos. A estas dos las conocería de cara, pero ninguna más" ( 14 ). Tomás de Celano, que nos refiere estas palabras del Santo, añade el siguiente caso: "Un día yendo Francisco a Bevagna, ( 11 ) "Mellita tossica, familiaritates videlicet mulierum, quae in errorem indu– cunt etiam viros sanctos, jubebat penitus evitari. Timebat enim ex hoc tenerum cito frangí, et fortem saepe spiritum infirmari. Harum contagionem evadere conversantem cum eis, nisi probatissimum virum, tam facile dixit quam, iuxta Scripturam, in igne ambulare nec comburere plantas." T1-10M. CEL. II, n. 112. ( 12 ) "Multoties vero de huiusmodi loquens asserebat frivolum esse omne colloquium mulieris, excepta sola confessione, ve! ut assolet monitione bre– vissima. Dicebat enim: Qi:ae sunt Fratri Minori cum muliere tractanda negotia, nisi cum sanctam poenitentiam vel melioris vitae consilium religiosa petitione deposcit?" lbíd., n. 114. (13) lbíd., n. 112. ( 1 4) "Fateor veritatem, canss1me, nullam me si aspicerem recogniturum in facie, nisi duas. Illius, inquit, et illius mihi vultus cognitus est, alterius nescio." Ibídem.
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