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208 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS súbditos, apoyándose para todo en el Evangelio. El Evangelio hace a los superiores a su vez súbditos y siervos de sus subordinados, conde– nando todo deseo de dominar como un abuso de la autoridad, propio de paganos. En conformidad con eso ordena también Francisco: "Acuérdense los ministros y siervos (este es el título oficial de los superiores, título completamente evangélico) acuérdense de lo que dice el Señor: No he venido a ser servido sino a servir ... Asimismo los Frailes no tengan entre sí poder o señorío, pues como dice el Señor en el Evangelio: Los príncipes de los gentiles dominan sobre ellos y los que son grandes ejercen sobre ellos potestad. No sea así entre los Frailes; antes bien el que entre ellos quisiera ser mayor, sea minis– tro y siervo de ellos; y el que es el mayor entre ellos, hágase como el menor" ( 35 ). Este es un rasgo principalísimo y esencial en la constitución de la Orden franciscana; los Superiores son considerados como servidores y esclavos de todos los Frailes. Así lo inculcaba continuamente Fran– cisco. Estas expresiones aparecen tan a menudo en sus escritos ( 36 ), que a nadie puede ocultársele la grande importancia que Francisco da– ba a esta cuestión. Rechaza expresamente los títulos que en otras ór– denes llevaban los investidos de alguna dignidad, como por ejemplo el título de Prior "el primero" ( 37 ). Así es que ya en vida del Santo quedó generalmente admitida la costumbre de llamar Ministro Gene– ral al Superior de toda la Orden, Ministro Provincial al Superior de cada provincia de la Orden. El superior de un distrito conventual me– nor se llamaba Custodio; y el de cada casa de la Orden, Guardián. Estos dos últimos nombres están todavía un grado más abajo que las denominaciones de Ministros, pues tienen el sentido de guarda, ins– pector, pequeño empleado, criado de casa ( 38 ). Francisco encarecía sin cesar a los Superiores que debían ser, en conformidad con su nombre, siervos y esclavos de los otros Frailes. (35 "Et recordentur ministri et serví, quod dicit Dominus (MATT., XX, 28): Non veni ministrari, sed ministrare... Similiter omnes fratres non ha– beant aliquam potestatem ve! dominationem maxime inter se. Sicut enim dicit Dominus in Evangelio (MATT., XX, 25): Príncipes gentium dominantur eorum et qui maiores sunt potestatem exercent in eos; non sic erit inter fra– tres, sed quicumque voluerit inter eos maior fieri, sit eorum minister (MATT., XXIII, 11) et servus, et "qui maior est inter eos fiat sicut minar." (Luc., XXII, 26). Regula I, c. 4, 5. Opuse., ed. LEMMENS, 29 s., 31; BoEHMER, 5, 6. (36) Regula I, c. 4 dos veces, c. 5 tres veces; Regula II, c. 10 cuatro ve– ces, etc. (37) "Et nullus vocetur prior... " Regula I, c. 6; Opuse., LEMMENS, 32; BoEHMER, 7. (38) Véase DucANGE-CARPENTERrns, Glossarium ad Seriptores nzediae et in– fimae fatinitatis s. v. "eustos" y "guardianus".
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