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198 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS Éste es el secreto de la humildad de Francisco; pensaba, obraba y vivía como si en el mundo no existieran más que Dios y él. Estaba tan subyugado por la majestad de Dios, que el mundo entero para él desaparecía en la rn1da. De ahí aquella máxima suya, admirada por el autor de la Imitación de Cristo: "Cuanto es cada uno en los ojos de Dios, tanto es y no más" (ª 3 ). De ahí aquel celo puro como el oro, profundamente honrado, desinteresado, un celo verdaderamente caballeresco por la honra de su divino Señor feudal. ¿Acaso la caba– llería cristiana no había escrito en su bandera estos sentimientos de humildad ante Dios? ( 66 ). ¿No había hecho Francisco voto de vivir y luchar únicamente por su señor como caballero espiritual? ¿No había prometido seguir a Cristo su Señor como esclavo obsequioso? ¿Y no era manifiesto para él que el Hijo de Dios había bajado del seno del Padre a nuestra bajeza, para enseñarnos por sus palabras y sus ejemplos la humildad? ( 67 ). Por eso renunció toda gloria que no tuviera por objeto la gloria de Cristo ( 68 ). Como verdadero heraldo de Cristo, a todos se ade– lantó con sus luminosos ejemplos en el camino de la humildad ( 69 ). Sobre estos cimientos, que le habían sido enseñados por Cristo, se edificó a sí mismo y edificó su orden. Humilde en su porte exterior, más humilde en sus sentimientos, humildísimo al juzgarse a sí mismo. La perla brillantísima por la cual se distinguía que este príncipe de Dios era prelado, era ésta: que era el más pequeño entre los menores" (7º). No es, pues, de extrañar que Francisco haya fundado entre sus discípulos una verdadera escuela superi01• de humildad. Tomás de Ce– lano es el primero que apunta esta idea ( 71 ) y después añade: "Eran verdaderamente Frailes Menores, porque a todos se sometían y esta- (65) "Quantum horno in oculis Dei est, tantum est et non plus." S. BoNAV., c. 6, n. l. Cfr., De imitatione Christi, lib. 3, c. 50. (66) BorrrrnER, Das Hohelied vom Rittertzmz, Berlín, 1886, 47-50, 65. (67) "Dicebat, propter hoc Filium Dei de altitudine sinus paterni ad nostra dcspicabilia descendisse, ut tam exemplo quam verbo Dominus et Magíster hurnilitatem doceret." S. BoNAV., c. 6, n. l. (68) "Taliter horno iste ornnem gloriam, quae Christum non saperet, abiura– verat; taliter humanis favoribus aeternum irrogaverat anathema." THoM. CEL. II, n. 139. ( 69 ) "Beatus Fra¡1ciscus novus praeco Regis humilitatis et poenitentiae vias exemplo mirabili praeparans ... " FR. LEo, en Vita Fr. Aegidii, ed. Anal. franc., III, 74. (70) "In hac (humilitate) studuit aedificare seipsum, ut fundamentum iace– ret, quod a Christo didicerat. . . Humilis habitu, humilior sensu, humillimus reputatu. Non discernebatur Dei princeps, quod praelatus esset, nisi hac cla– rissima gemma, quia inter minores minimus erat." THoM. CEL. II, n. 140. (71) lbíd., I, n. 34.
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