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186 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS se les quite la prelacía, de que se les exima de lavar los pies, tanto más ponen su alma en peligro. . . ¡Ay de aquel religioso que ha sido puesto por los otros en un puesto alto y no quiere bajar de él por su voluntad! Por el contrario, bienaventurado el siervo que no llega a un puesto alto por su voluntad y siempre está deseando estar a los pies de los otros. . . ¡Bienaventurado aquel superior que se porta entre sus súbditos con tanta humildad como si estuviera entre sus señores!" ( 2 º). Ésta es en general la norma que debe guiar a los superiores de la Orden en el ejercicio de su cargo: "Los Ministros (servidores) cari– tativa y benignamente reciban a sus Frailes y tanta familiaridad tengan con ellos, que les puedan decir y hacer como los señores a sus siervos, porque así debe ser: que los ministros sean siervos de todos los Frailes" ( 21 ). Con esto llegamos a conocer el origen evangélico, la elevación y el carácter especial de la humildad franciscana. Francisco designa a los Superiores de la Orden con el nombre de Ministros o servidores, aludiendo expresamente a las palabras del Divino Salvador que dice de sí mismo en el Evangelio: "El Hijo del Hombre no ha venido a ser servido sino a servir" ( 22 ), y las otras que dijo a sus apóstoles: "El que entre vosotros quisiere hacerse grande, será vuestro servidor, y el que quisiere ser el primero entre vosotros, será vuestro siervo. El mayor entre vosotros debe ser como el menor, y el que es prelado como el que sirve" ( 23 ). Asimismo Francisco, ya luego de fundar su Orden llamó a todos sus Frailes "Minores, Fratres Minores, los más pequeños, los menores, los Frailes Menores" ( 24 ), no permitiendo que (20) Verba admonitionis, c. 4, 20, 24; Opuse., ed. LEMMENs, 8, 15, 17; BoEH- MER, 4-3, 47, 48. (21) Regula, II, c. 10; Opuse., ed. LEMMENs, 72; BoEHMER, 34. (22) Verba admonitionis, c. 4. S. BoNAV., Leg., c. 6, n. 5. ( 2 3) "Filius hominis non venir ministrari, sed ministrare." (MATI., XX, 28.) "Quicumque voluerit inter vos maior fieri, sit vester minister, et quicumque voluerit ínter vos primus esse, erit vester servus." (MATI., XX, 26.) "Qui maior est in vobis, fiat sicut minor, et. qui praecessor est, sicut ministrator." (Luc., XXII, 26.) ( 24 ) BoEHMER ( Analekten, 125) se equivoca al admitir que la Orden no reci– bió el nombre de "Menores" hasta 1216. Ya en este año refiere el Cardenal JAcono DE VITRY (en BoEHMER, 98): "Fratres Minores vocabantur." También BuRCARoo DE URSPERG (Cbronieon, Monurn. Germ. bist., Seript., t. XXIII, 376) deja traslucir que los Franciscanos nunca recibieron otro nombre: "Eo tempore mundo iam senescente exortae sunt duae religiones in ecclesia, cuius ut aquilae iuventus renovatur. .. videlicet Minorurn Fratrurn et Praedicatorum... malue– runt appellari Minores fratres quam minores pauperes." Pero lo decisivo en este punto es lo que afirma THoM. CEL. I, n. 38 sobre la fundación de la Orden franciscana y el nombre que se le dió en la Regla primitiva: "Ordinem Fratrum Minorum primitus ipse (Franciscus) plantavit et ea occasione hoc ei
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