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172 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS A principios del siglo xm ( 1208) y a ejemplo de los Valdenses, los "pobres católicos" se habían resuelto a vivir únicamente de las limos– nas de los fieles, para que el trabajo de adquirir el sustento corporal no les distrajera del estudio y del apostolado (1 37 ). Pocos años después también el canónigo regular Domingo de Guzmán abrazó la misma forma de vida. También él y la Orden por él fundada se movieron a vivir de la limosna y mendicidad para poder estudiar y predicar más libremente. Se hicieron Frailes mendicantes no por amor a la pobreza absoluta, sino únicamente por amor al apostolado (1 38 ). Entretanto también Francisco de Asís había adoptado la extrema pobreza con miras al apostolado. Lo hemos probado ya suficiente– mente y así lo expresa también en términos precisos el Papa Hono– rio III en 1219: "Francisco y sus compañeros han renunciado a todas las vanidades de este mundo, para ir por todas partes al modo de los Apóstoles esparciendo la semilla de la palabra divina" ( 139 ). Pero sin embargo el apostolado no era el fin único ni el más importante de la vida de pobre mendicante, elegida por el Poverello. Éste practicó la más alta pobreza ante todo por amor a la pobreza y para imitar per– fectamente al divino Salvador pobre. Esto se desprende asimismo de todo lo que llevamos dicho y lo hace notar el Papa en su escrito de 18 de septiembre de 1225: "Los Frailes Menores abandonándolo todo imitan a Cristo, haciéndose pobres y viviendo en continua po– breza" ( 14 º). San Buenaventura trata extensamente acerca del doble fin de la men– dicidad en la Orden franciscana ( 141 ). Los Frailes, dice, viven de limosna tanto para predicar a Cristo como para imitar a Cristo. "Para predicar a Cristo, pro Christo evangelizando." Ellos ponen su palabra, su ciencia, su fuerza y persona al servicio del Evangelio y por lo tanto bien pueden reclamar la limosna corporal de aqudlos a quienes repar– ten la limosna espiritual. "Para imitar a Cristo, pro Christo imitando"; el que por amor de Cristo se hace voluntariamente mendigo, imita al Señor por el desprecio de sí mismo, humillándose profundamente; por el amor del prójimo, edificándolo y moviéndolo a compasión; por (137) Cfr. PIERRoN, De katholischen Armen, Friburgo, Herder, 1911, 60 s. (138) Esto lo prueba ampliamente el P. HEINRICH DENIFLE, o. P., Die Konsti– tutionen des Predigerordens vom Jabre 1228, en el "Archiv für Literatur- und Kirchengeschichte", I (1885), 182 s. (139) "Cum dilecti filii Frater Franciscus et Socii eius de vita religione Minorum Fratrum abiectis vanitatibus huius mundi ... serendo semina verbi Dei apostolorum exemplo diversas circumeant mansiones ... " Bullar. francisc., I, 2. (140) "Quia vero debemus religiosas fovere partes et maxime dicti Ordinis Fratres, qui relictis omnibus Christum sequuntur, pro eo pauperes et in pauper-– tate vivere continua eligentes ... " Bullar. francisc., I, 23. (1 41 ) De perfectione evangel., q. 2, a. 2, conclusión; Opera, V, 140 s.

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