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168 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS con la alforja y cantando en alta voz. Apenas lo divisó el Santo, salióle al encuentro ebrio de gozo y le besó el hombro en el sitio en que traía la alforja. Después le quitó la carga y la llevó él a la casa de los Frailes y exclamó: "Bendito sea mi hermano, que se va prontamente, pide hu– mildemente y vuelve gozoso" ( 117 ). En esto veía Francisco una señal de verdadero espíritu religioso. Por eso decía, que un verdadero Fraile Menor nunca debía pasar mucho tiempo sin ir a pedir limosna. "Y cuanto más noble sea mi hijo, añadía, tanto más pronto debe estar para cumplir este oficio, porque de esa manera acumula méritos" ( 118 ). Había una vez en cierto lugar un Fraile, que tratándose de ir por limosna no era nadie, pero que en la mesa valía por muchos. Cuando el Santo advirtió lo bien que se trataba, tomando copiosa parte en el fruto del trabajo de los otros sin trabajar él nada, le dijo: "Márchate por tu camino, Fr. Mosca: porque sólo quieres comer el sudor de tus hermanos y estar ocioso en la obra de Dios. Eres semejante al zángano, que no compartiendo el trabajo de las abejas quiere sin embargo comer el primero de la miel." Oyendo estas palabras el hombre carnal volvió al mundo, que todavía no había abandonado sinceramente. Salió de la Orden, pues el que no era nadie para pedir limosna, ya no era un Fraile, advierte Tomás de Celano ( 119 ). Sin embargo, con toda esta alta estima de la limosna y de la mendi– cidad Francisco en modo alguno quería fomentar la haraganería y la mendicidad codiciosa. La mendicidad codiciosa estaba excluída sin más, conforme al con– sejo del Divino Salvador a sus discípulos: "No os preocupéis del día de mañana, pues el día de mañana se preocupará de sí mismo" (1 2 º). Francisco consideraba esta palabra evangélica como constitutivo esen– cial de la pobreza evangélica, por lo cual no cesaba de inculcársela a sus Frailes ( 121 ). Llegó hasta tal punto que prohibió al hermano coci– nero el que ya de víspera pusiera a remojar en agua caliente las legum– bres, que habían de comerse al día siguiente (1 22 ). El Cardenal Jacobo de Vitry (1223-1226) y el Prior de benedictinos Rogerio de Wendo- (117) THoM. CEL, II, n. 76; Spec. perf., c. 50. (118) "Dicebat saepe beatus Franciscus, quod verus Frater Minor non mul– tum stare deberet, quin pro eleemosynis iret. Et quanto nobilior, ait, filius meus est, tanto sit promptior ad eundum, quoniam taliter ei merita cumu– lantur." THoM. CEL. II, n. 75. (119) THoM. CEL. ibíd.; Spec. perf., c. 24. (120) MAT., VI, 34. (121) Spec. perf., c. 19. (122) "Prohibuit fratri, qui faciebat coquinam fratribus, ne poneret legumina de sero in aqua calida quando debebat ea dare fratribus ad manducandum die sequenti, sicut consuetum est: ut observarent illud verbum sancti evangelii: Nolíte solliciti esse de crastino." Ibídem.
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