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150 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS Y en realidad también Francisco y sus primeros Frailes aparecen, según todos los documentos contemporáneos, como pobres trabaja– dores, que ganan su pan de cada día. Francisco desde el primer día de su conversión se dedicó en las leproserías al servicio de los enfermos. Este servicio, que nadie quería prestar, al principio causaba horror también al Santo, pero pronto con la gracia de Dios vino a ser su ocupación favorita ( 36 ). Después lo encontramos de criado en un monasterio. Vestido sólo de un mise– rable camisón de trabajo y a cambio de un poco de caldo hace el pesado y humillante servicio de mozo de cocina y sólo forzado aban– dona ese puesto, porque los monjes no querían darle siquiera un viejo vestido en vez del que acababan de quitarle los ladrones ( 37 ). Después durante dos años se ocupó en construir iglesias, comenzando por la de San Damián. Los Tres Compañeros nos describen cómo, haciendo de cantero y de peón de albañil, vino casi a desgastar sus delicados miembros por lo excesivamente duro del trabajo. Sin em– bargo él probó y gustó toda la nobleza y la serena alegría del sencillo traoajo manual. Mientras hacía paredes cantaba romances franceses y con alegres gritos convidaba a sus compañeros de trabajo y a los vecinos, que pasaban, a trabajar con empeño y activar la obra ( 38 ). Durante toda su vida conservó y ejercitó este espíritu de trabajo. Tomás de Celano atestigua de él: "Él mismo, ejemplo de toda per– fección, obraba y trabajaba con sus manos, y no dejaba pasar des– aprovechado ni un poco del precioso don del tiempo" ( 39 ). Cuando moraba en la soledad, donde no se ofrecía ocasión de trabajar, procu– raba sin embargo ocuparse provechosamente en algo. Sólo incidental– mente sabemos ·1ue durante una cuaresma hizo un pequeño vaso para pauperes sunt, de laboribus suis victum quaerentes quotidianum; et ideo lex provide ordinavit, ut statim eis merces solveretur ne victus eis de.ficeret." (Summa, 1, 2, q. 105, a. 2 ad 6.) Con el nombre de mercenarios, que alquilan su trabajo para ganar el sustento diario, eran designados tanto los criados y jornaleros como los pequeños artesanos. Cfr. ANTON voN KosTANECKI, Arbeit und Armut, Friburgo de Brisgovia, 1909, 25-42. (36) "Nimis mihi videbatur amarum videre leprosos; et ipse Dominus con– duxit me inter illos, et feci misericordiam cum illis. Et recedente me ab ipsis, id quod videbatur mihi amarum, conversum fuit mihi in dulcedinem animi et corporis." Testament., Opuse., ed. LEMMENs, 77; BoEHMER, 36. Cfr. THOM. CEL. 1, n. 17. (37) "Tandem ad quoddam claustrum monachorum veniens, per plures dies in sola vili camisia, quasi garcio in coquina existens, cupiebat ve! de brodio satu– rari. V erum, cum omni miseratione subtracta, nullum posset vd vetustum acqui– rere indumentum, »on motus ira, sed necessitate coactus, inde progrediens deve– nit ad Eugubii civitatem, ubi a quodam olim amico eius sibi tuniculam acquisivit." THoM. CEL. I, n. 16. (38) Tres Socii, n. 21 s. (39) THOM. CEL. II, 120.

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