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AMOR DE SAN FRANCISCO A LA POBREZA 111 No podía siquiera pensar en la pobreza de la Santísima Virgen y de su Divino Hijo sin derramar lágrimas. "Cierto día, estando a la mesa, un Fraile hizo mención de la pobreza de la santísima Virgen y recordó la penuria de Jesucristo su Hijo. Al punto se levantó el Santo de la mesa, dando suspiros dolorosos, y con los ojos inundados en lágrimas comió lo demás de la comida sobre la desnuda tierra. Por eso decía que ésta era la virtud real, porque con tanto resplandor había brillado en el Rey y en la Reina" (7 2 ). Y solía añadir: "Esta dignidad real que nuestro Señor Jesucristo ennobleció, haciéndose pobre por nosotros para hacernos ricos con su pobreza e instituir a los pobres de espíritu reyes y herederos del cielo, esta dignidad verda– deramente real no quiero yo abandonarla ni cambiarla por el goce de falsas riquezas que sólo duran un momento" ( 73 ). Esta es la piedra de toque y la señal por la que se conoce que el seráfico Santo era un genuino caballero de Cristo, ese tierno y firme amor de caballero a la noble Dama Pobreza por amor a Cristo y a su madre. También sus Frailes deben mostrarse y comprobarse como verdaderos caballeros de la Tabla Redonda por ese alto concepto del amor a la pobreza. Francisco entusiasma a sus primeros discípulos y les incita a renun– ciar a todo lo terreno, porque de esa manera se lo devolvían todo a su Señor y Salvador ( 74 ). La misma consideración se encuentra de nuevo en la antigua Regla de la Orden: "Todos los Frailes procuren imitar la humildad y pobreza de nuestro Señor Jesucristo ... Y no se avergüencen, sino más bien recuerden que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo y omnipotente, fué pobre y vivió de limosna como peregrino, Él y la Santísima Virgen y sus discípulos" ( 75 ). En la Regla definitiva Francisco hizo de este amor a la pobreza por amor de Cristo la ley fundamental y eterna de su Orden con estas pala– bras: "Los Frailes no se apropien ni casa ni lugar ni otra cosa; mas así como peregrinos y forasteros en este mundo sirvan al Señor con pobreza y humildad y vayan por la limosna confiadamente. Ni deben avergonzarse, porque el Señor se hizo pobre por nosotros en este mundo" ( 76 ). (7 2 ) " •.. Inde hanc virtutem regiam esse dicebat, quae in rege et regina tam praestanter effulsit." THOM. CEL., 11, n. 199; Tres Soeii, n. 15; S. BoNAV., ibíd. ( 73 ) "Hanc dignitatem regalero, quam pro nobis Dominus Iesus egenus fac– tus assumpsit, ut sua nos ditaret inopia ac vere pauperes spiritu regni caelorum reges institueret et haeredes, nolo relinquere pro feudo divitiarum falsarum vobis ad horam conceso." S. BoNAV., Leg., c. 7, n. 7. (74) Tres Soeii, n. 28. (75) Regula I, c. 9; Opuse., LEMMENs, 36 ss.; BoEHMER, 9 ss. (76) Regula II, c. 6; Opuse., LEMMENs, 68 s.; BoEHMER, 32.
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