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106 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS caridad, la obediencia, la humildad, la continencia, la castidad, paciencia y por fin la esperanza, que es la "camarera" de todas: Ch'io haggio qui sette sorelle, Tutte pretiose e belle. Me aver non puoi senza elle; Che tra se se !'han giurato. Queste son la Charitade, Ubidienzia e Umiltade, Continentia e Castitade, Patientia en som:mo stato. Camariera e la Speranza, Che ci dona consolanza, Onde avemo gran ha/danza, Che lo ben sia meritato ( 52 ). Francisco estimaba en mucho y ejercitaba la pobreza en especial como el alma de los tres consejos evangélicos y votos religiosos, lo cual le fué confirmado un día por medio de una prodigiosa aparición. Yendo de Rieti a Sena se encontró de pronto con tres señoras pobres, las cuales eran tan iguales en estatura, en edad y en el rostro que no se las podía distinguir una de otra. Al acercarse el Santo, las tres se inclinaron ante él llenas de respeto y saludaron diciendo: "Bienvenida sea la Dama Pobreza." Llenóse Francisco de un júbilo inefable, porque así saludaban a su amada, a su Señora la Pobreza. Al punto desapa– reció la visión ( 53 ), sobre la cual hace San Buenaventura esta adver– tencia: ((En estas tres señoras estaba simbolizada la belleza de la per– fección evangélica, es decir, de la castidad, de la obediencia y de la pobreza, las cuales brillaban en el varón de Dios en un mismo grado, aunque él había elegido el gloriarse ante todo del privilegio de la pobreza" ( 54 ). A ello le impulsaba también su vocación al apostolado evangélico. El Salvador había enviado a sus Apóstoles en pobreza a convertir el mundo: "Id, predicad y decid: El reino de los cielos está cerca. Curad los enfermos, resucitad los muertos, limpiad los leprosos, lanzad los demonios. De balde habéis recibido, dad de balde; no llevéis oro ni plata ni cobre en vuestro cinto ni alforja ni dos túnicas ni zapatos ni (52) FRANCEsco TRESATTI, Le poesie spirituali del B. IACOPONI DA ToDI, li– bro III, oda 24, estr. 41, 51, 52. Venecia, 1617, 351-353. (53) THoM. CEL. II, n. 93. (54) S. BoNAv., c. 7, n. 6.-San Buenaventura (De perfectione evangelica, q. 2, a. 1; Opera, t. V, 127 s.) prueba teológicamente que la pobreza es el más excelente de los tres consejos evangélicos y por lo tanto el principio funda– mental de la perfección evangélica.
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