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8 LOS IDEALES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS flor que a pesar de sus diferencias son esencialmente una misma cosa, por la sencilla razón de que un mismo anhelo los anima desde el prin– cipio hasta el fin; el deseo de conocer y presentar lo más claro y puro posible los ideales de San Francisco. Por eso hemos trabajado con ahinco por comprender lo caracte– rístico en la persona y en la obra del Poverello, lo específicamente franciscano, lo peculiar en el franéiscariismo, o sea sus ideales. Era menester no aplicar ideas modernas al primitivo franciscanismo, para así poner de relieve la armonía o desacuerdo entre entonces y ahora. Debíamos sobte todo evitar el escollo de atribuir ideas personales, sub:.. jetivas nuestras a San Francisco, como ha sucedido con mucha frecüeii– cia desde hace cincuenta años. Todos nuestros esfuerzos han tendido más bien a investigar cuidadosanzente los testimonios contenidos en las fuentes, a penetrar silenciosamente, éon respeto y amor en los ideales de San Francisco y a colocarlos en el ambiente de su tiempo. Lo principal y a la vez lo más dificil era comprender estos ideales no sólo en sus principios y en sus gérmenes sino ir siguiéndolos en su nacimiento, en su desarrollo y en su plena realización. "Es que Dios suele mostrar a los Santos Fundadores, y a veces de un modo mara– villoso e inmediatamente, el plan general de la obra que han de reali– zar; pero en cuanto a los detalles y a su determinación concreta deja obrar a las causas segundas, es decir a los acontecimientos y experien– cias de la vida, que imprimen a su fundación un cierto desarrollo progresivo. Esto podemos observar en San Francisco, lo mismo que en Santo Domingo o en San Ignacio. Por eso es un grave error el ver la expresión más perfecta de un ideal, su punto culminante, en el primer momento de su realización, y considerar en consecuencia como una apostasía parcial, como una decadencia todo ulterior desarrollo y calificar de fuerzas destructoras las fuerzas que conducen a ese desen– volvimiento" (1). Esta advertencia es de suma importancia. Muchos modernos inves– tigadores sólo quieren ver los ideales de San Francisco en los primeros comienzos de su obra, considerando.todo cambio o modificación pos– terior como una desviación y alejamiento del plan primitivo. Eso es ignorar importantes leyes psicológicas e históricas; y olvidar por com– pleto cuán grande es la distancia que separa de ordinario al ideal abs– tracto de su realización concreta. Esta distancia es verdadera1nente (1) P. FRANZ EHRLF., s. J., Die Spiritualen, ihr Verhiiltniss zunz Franziskaneror– den und zu den Fratricellen, en "Archiv. für Literatur- und Kirchengeschichte des Mittelalters", III, pp. 558 ss.

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