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PREGONERO DE DIOS BA Francisco, vestido de rústico sayo, en vez de los ricos tra– jes de antes, caminando por un óosqJe. Cantaba en lengua francesa lleno de alegría alabanzas a Dios. De repente cayeron sobre él unos ladrones. _¿Quién eres? -Soy el heraldo del gran Rey. ¿Qué se os ofrece?, replicó Fran– cisco. Aquellos salteadores. de caminos le molieron a pa.tos y le enterra– ron en un hoyo de nieve. - iCanta ahora mendigo estúpido! iPalurdo pregonero de Dios! Cuando los ladrones se hubieron alejado, logró con dificultad salir del barranco de nieve, y prosiguió más alegremente atronando el bosque con canciones... y gritaba: - iHermanos ladrones, cantad conmigo a.' Creador de todas las cosas! ¿Por qué os habéis marchado? (! Ce/ano, 16) ••• Y si nosotros seguimos llamando, y él sale fuera furioso y nos echa, entre insultos y golpes, como a indeseables importunos, diciendo: " iFuera de aquí, ladronzuelos miserables; id al hospital, porque aquí no hay comida ni hospedaje para vosotros!". Si lo sobrellevamos con paciencia y alegría y en buena caridad, ioh hermano León!, escribe que aq·.1í hay alegría perfecta. 83 • ••

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