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••• Como en sorda lucha, habló el animal, la boca espumosa y el ojo fatal: -Hermano Francisco, no te acerques mucho... Yo estaba tranquilo, allá en el cof'vento, al pueblo sa/Já, y si algo me daban, estaba contento y manso comt'a. Mas empecé a ver que en todas las cosas estaban la Envidia, la Saña, la Ira, y en todos los rostros ard1án las b,'asas de odio, de lujuria, de infamia y mentira. Hermanos a hermanos hacfan lá guerra. perd1án los débiles, ganaban los malos, hembra y macho eran como perro y perra, y un buen día todos me dieron de palos. Me vieron humilde, lam1á las .77anos y los pies. Segu/tus sagradas leyes, todas las criaturas eran mis hermanos: los hermanos hombres, los hermanos bueyes, hermanas estrellas y hermanos gusar.os . • •• ••• El lobo siguió viviendo dos años en Gubbio; entraba mansa- mente en las casas de puerta en puerta, sin causar mal a nadie y sin recibirlo de ninguno.· 67 •••

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