BCCCAP00000000000000000000713

••• íCómo! -exclamó el Santo- ¿Es ley que tú vivas de hor-or y de muerte? La sangre que vierte tu hocico diabólico, el duelo y espar.to que esparces, el llanto de los ~ampesinos, el grito, el dolor de tanta criatura de Nuestro Señor? ¿No has de contener tu encono in+ernal? ¿Vienes del infierno? ¿re han infundido acaso tu rencor eterno Luzbel o Belial? Y el gran lobo humilde: - íEn el tasque hehldo no ha/i'é qué comer, y busqué el ganado, · y, a veces, com(ganado y pastor. ¿La sangre? Yo vi más de un cazador sobre su caballo, llevando el azor al puño; o correr tras el jabalí, ••• ••• K lobo, inclinando la cabeza, dio a entender claramente que lo pre-metía. San Francisco le dijo : -Hermano lobo, quiero q-.1e me des fe de esta promesa, para que yo pueda fiarme de ti plenarr:.ente. Tsndióle San Francisco 12, mano para recibir la fe, y el lobo levantó la pata delantera y la p-.1so mansamente sobre la mano de San Francisco, dándole la señal de fe que le pedía. Luego le dijo San Francisco: -Hermano lobo, te mando, en nombre de Jesucristo, que ven– gas ahora conmigo sin temor alguno; vamos a concluir esta paz en el nombre de Dios. 57 • •

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz