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..• 10 CON LA CANC/ON EN LOS LABIOS • 6 Qué pretendían aquellos hombres descalzos que compo- nían .sus propias canciones, se mezclab~n con los leprosos , trabaJab:m en el campo con los campesmos, se remendaban de sacos y hablaban i-e paz y del Padre Dios a cualquier viajero que encontraban er.. el cami:-10.. ? Hasta el obispo estaba asustado. Francisco le tranc1Jizó: -"Obispo, mi se::or, si poseyéramos bienes y no fuéramos po– bres, necesitaríamos armas para defendernos. Por eso no queremos tener nada y mendiga:'.:" . como manda el Evangelio ... ". Después de trabaj~ gratuitamente y ayudar en la mies o en el vareo de las nueces, o en la recogida de la aceituna, o levantar una capillita como imprm-isados albañiles ..., salían a pordiosear la mesa del Señor, pidiendo de puerta en puerta. Y a la vuelta, Francisco les besaba los homl::: ns porque no tenían vergüenza y porque, siendo pobres, volvían cantando. Así podían servir con más humil– dad ... - -~an sólo el saber sencillo aor-e las puertas del cielo... ", predicaba el "Poverello". El paciente borriquillo sirve a todos de consuelo p"Jr servidor y sencillo". 24 • ••
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