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TROCADOSASILOSDOS OIS al alto Hijo de Dios, Francisco, tan parecido, que a ser vuestro su vestido, pensara que érades Dios. Si esa túnica vistiera su carne humana y divina, y la hecha en Palestina la vuestra humilde cubriera. Trocados asl los dos se mudara el apellido✓- porque mudado el vestido vos fuerais Cristo y El vos. Mas con todo eso hemos visto tanta alteza en el sayal, que debajo de él hay al que en todo imita a Cristo. FR. LUIS DE LEON (Español) Y si e! mismo Hijo de Dios no hubiera al cielo subido, sin reparar el .•,.estido, pensara que érades vos. Pero ya en la cuenta he dado y es para mayor consuelo, que cuando El subió al cielo, er. vos dejó su traslado. Grandezas fueron de Dios y de su Hijo querido, que só 1 o por e. 1 vestido conozcamos n9 sois Dios. ••• El serafín se acercó a San Francisco en raudo vuelo tan próxi- mo, que él podía observarlo bien : vio claramente que presentaba la imagen de un hombre crucificado y que las alas estaban dispues– tas de tal manera, que dos de e[as s~ extendían sobre la cabeza, dos se desplegaban para volar y las otras dos cubrían todo el cuerpo. Ante tal visión, San Francisc:J quedó fuertemente turbado, al mismo tiempo que lleno de alegría, mezclada de dolor y de admi– ración. Sentía grandísima alegría ante el gracioso aspecto de Cristo, que se le aparecía con tanta familiaridad y que lo miraba tan amoro– samente; pero, por otro lado, al verlo clavado en la cruz, experi– mentaba desmedido dolor de co:npasién. Luego, no cabía de admiración ante una visión ta::1 estupenda e insólita, pues sabía muy bien que la debilidad de la pasión no dice bien con la inmorta– lidad de un espíritu seráfico . 197 • ••
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