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BELENES • -¿Para qué queremos la imaginación? ¿para qué queremos nuestra famasía y ese corazón que como a una fruta muerde la alegrla.. ? Hermanos, yo tengo una idea loca y una nana simple me quema el deseo y me arde en la boca... Decídmelo, hermanos, ¿es que fantaseo? Vamos a inventarnos un "nuevo Beién": que nazca otra vez Jesús-Niño. Un j!.lego de paz y de bien. Que las gentes vengan, icantaremos luego! ¿Qué os parece, hermanos? Esto es divertido: cueva, antorchas, cantos, el buey y el jumento. Y al/ í reunidos nos reinventaremos ese "Nacimiento'~ ¿Es un sueño loco? Ya veo los bienes que harán a las gentes estos "mis belenes". FERMIN DE MIEZA ••• Digno de recuerdo y de celebrarlo con piadosa memoria es lo que hizo tres años antes de su gloriosa muerte, cerca de Greccio, el día de la natividad de nuest:-o Señor Jesucristo . Vivía en aquella comarca un hombre, de nomb re Juan, de buena fama y de mejor tenor de vida, a quien el bienaventurado Francisco amaba ~on amor singular, pues, siendo de noble familia y muy honorable, despreciaba la nobleza de sang:-e y aspiraba a la nobleza del espíri– tu. Unos quince días antes de la :iavidad del Señor, el bienaventura– do Francisco lo llamó, como solía hacerlo con frecuencia, y le dijo: 175 •••