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LA ALONDRA e//) ODAS las aves a Franc!sco agradan. V Sobre todo la alondra, I la del plumaje pobre como el háb/to de su orden religiosa. La galerita de las plumas guaidas que se vuelve moñuca; la cogujada que con pelo gris recuerda su cogulla. • •• ••• Durante su enfermedad se ent~ró que el obispo y el Podestá de Asís estaban enemistados, hasta el punto de que "había odio entre ellos". Francisco sufría p::>rque nadie intervenía para resta– blecer la paz y la armonía. -"Es una gran vergüenza ?ªra nosotros, siervos de Dios, que nadie se preocupe de poner concordia y paz entre el obispo y el Podestá. Hermano, dijo a un fraile, toma la pluma y escribe: -Loado seas, mi Señor por quie11es perdonan por tu amor y soportan enfermedad y tribulación, bienaventurados los que sufren eYJ paz pues de Ti, Altísimo,coronados serán.. .". Después añadió : "Vete donde está el Podestá y dile de mi parte que acuda al obispado con los nobles de la ciudad y con la gente que pueda reunir" . Cua:::1do el hemano partió, dijo a otros dos compañeros : "Id y en presencia del obispo y del Podestá y de toda la concurrencia cantad el ' 'Cántico del Hermano Sol". Tengo confianza de que el Señor humillará sus corazones y restablecida la paz, volverán a su anterior amistad y afecto .. .". Y así ocurrió . 167 • ••