BCCCAP00000000000000000000711

simo CardenalMasaia (1801-1889) apóstol de los Gallas, durante 35 anos; ai Jlmo. P. Hartmann (1803-1866) Obispo de Bombay Y,, organizador de fas mis.io– nes de las Indias: a los.· Vbles. FP. Migué! y Angel de Famplona fallecidos en las misiones de Mesopotamia; al P. Mqría_ Bernad (1900)fundador de la gran lepro– sería de Harar: al F. Danielde Samarata (1924) que muere víctima c\el contagio de la lepra entre sus amados leprosos; y por no hacer intermin¡1ble esta lista, recordemos al glorioso S. Fide( de Sigmaringa martifizado entre los grisones i:fe I.a alta Rezia, a los Etas. Agatángelo y Casiano, que alcanzan !a' palma del martirio entre los negros abisinios, al Bto. Apolinar de PossatvJctima de la Revolución francesa; y al tener presente que las pritneras víctimas -sacrificadas en 1900 en el Brasilfueron cuatro religiosos capuchinos, martirizados en odio a la fe católica, siendo, pues, este el primer testimonio de sangre que la Iglesia recibía en el siglo XX, y por lo que felicitaba él Papa a nuestro Rdíno. P. Ge– neral, no me queda más .que ansiar y anhelar para mi Orden, el que · siga ocu– pando, este puesto de honor en la Iglesia, y que este ~spíritu •apostólico y estas llatnas de apostolado se aviven de día en día, hasta que podamos ver •• cumplido en la tierra el ideal sublitne de Jesucristo, que no haya más.que un soló rebafío con un solq pastor. Los Santos Como digno remate de este edificio maravilloso, que hemos procurado ir delimi'ando a través de estas páginas, no nos resta, sino colocar .esa gloriosa corona .de Santos, que han resplandecido en esta Seráfica Orden y que son el más rico tesoro entre las joyas preciadas que en su seno guarda la Orden Ca– puchina, yel ornamento más preci~do con que puede .cerrar la brillante. historia de sus coritjuistas. ' Y cólocamos en primer Iugár, y. cotr.o la figura más artísticamente modela– da en el ipeal franciscano-capuchino, al simpático San Félix de CántaUcio (n. 1515, m. 1587. b. c. 1712) que es la personificación perfecta de los primeros ca– puchinos, por su simplicidad, humildad, fervor intenso, sacrificio absoluto por el bien de las almas, unido con una caridad sin límites. San Lorenzo de Brindis. (N. 1552, m. 1629, b 1783, c. 1881). El hombre más extra.ordinario de su tiempo por su ciencia, por su labc:;>riosidad, por su_ virtud. Embajador de varias naciones, consejero de Reyes, éonfidenfe d.e los Papas. Sus obras; que se están editando, serán una ·gran .riqueza para predicadores y para los ascetas y místicos. . · . · . · San José de Leonisa, (n. 1556, m. 1612, b, 1737, c. 1746) briUa con los ful– gores del apóstol y del mártir. Su vida es una hermosa epopeya.: realizada por la salvación de las almas, que por ganarlas para Cristo corrió hasta el Tibet y penetró en el corazón del Africa. . San Fidel de Sigmaringa. (n. 1557, m, 1622, b, 1729, c. 1746.) Abandonando , su carrera deLeyes; qué ejerba en el mundo, vistió el H~bito Capuchino lle– ·gando a ser el prototipode misioneros. Fué el Protomártir de la·'Congregación de Propaganda Pide. . San Serafín de Montegranario. (n 1540, m. 1604, b. 1719, c. 1767) cuya vi 0 da correspondía al nombre que llevaba. Sobresalió en la v.irtud de la paciencia XXIX

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz