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Q nctiuidad desplegada por los Capuchinos 11 UERER en una br.eve reseña encerrar las glorias y los lauros obteni– dos por la Orden Capuchina en, estos cuatro siglos de luchas y de tra– bajos, es pretender contar l'as estrellas que encierra el firmamento o intentar reducir a número las arenas del' desierto. La. actividad desplegada por la Orden Capuchina ~n todos los ramos de la ciencia y del saber, es algo asombroso y extraordinario, y muy pocas Ordenes podrán presentar un histori,al tan brillant~ como la Orden Capuchina durante las cuatro centurias que lleva de .existencia. · Herederos legítimos los primeros Reformadores Franciscanos del espíritu de pobreza de su Seráfico Paire, quisieron copiar a la vez en sus espíritus, aquel encendido amor al prójimo; y llenos de ese celo apostólico corrieron sin descariso en todas las direcciones, y en todos los tiempos, en busca de las al– mas; y en ese amplio y herrilosísirrio campo, santificaron su vida San José de Leonisa, San Fidel de Sigmqringa, Beato Diego José de Cádiz, Vble. P. Este– ban de Adoain, y cien más que dejaron esculpidos sus nombres en los corazo– nes de los pueblos, que todavía,recu~n:lan con cariño el nombre del capuchino. Y es que la vida del pobi-e 'capuchino; que nada tiene, que duerme sobre unas tablas o en durísima cama vestido, que a las doce se levanta para cantar las alabanzas divinas, que tiabaja como si tuviera prisa de enriquecerse y ayu– ·na, sin embargo, tres cuaresma-s, y vive 'c~mo peregrino y forastero en el mun– do, (Azoar p. 250) está intin:iámente unid,o con el pueblo pobre y despreciado, y con él vive en las pestes y ~.n las guerra,,s, en las alegrías y en las tristezas, y con él toma parte en las gra1\des hazafüi's como en las grandes derrotas; y por esto al Capuchino se le encueptra consolando a los miserables en aquel horren– do saco de Roma, y en las pestes de Camerino; y en las pestes de Milán (1576), de Génova (1579), de la Provenza (1580), de.París (1586), allí están los Capu– chinos, que mueren víctimas de la caridad; y cuando el terrible azote se repite en lá Provenza durante los años 1640 y 1656; cuando la Italia se ve toda ella diez_mada por la peste de 1623 a 1631, cuando en las pestes de Sevilla (1589), de Pérpiñan (1631), de Málaga (1637) y de Andalucía (1648) apenas se encontraban personas que ofrecieran .sus servicios a los apestildos, allí tenía el pueblo, . en todas esas publicas cal.amidades al Capuchino, que, en aras del deber y del amor al prójimo, sacrificaba heroicamente s1fvida, pues eríla peste de Málaga .eran 100 lcis Capuchinos que caían víctimas del contagio; y de los 55 enviados en socorro de los apestac:los .de .Marsella en 1720, morían 43;. y en la peste del XV!I 2

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