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Epoca de la Restauración de la ·Orden Durante el tiempo que duró la exclaustración por la Ley de 183~, muchos de nuestros Religiosos llevados de su celo por la salvación de las almas, pasaron a las Misione~ de Ultramar. Celebérrima fué la expedi~ión de sesenta · Capuchinos en– viados por el Papa Gregorio XVI a Venezuela p~ra evangeli– zar y civilizar a los indios errantes, a petición del Gobierno d _e aquella República, en el año 1842. En aquella Misión, cuyo Pr~fecto fué nuestr~ Padre Ra– món de .Murieta, trabajaron c~n _g:rnn ..celo Capuchinos tan ilus– tres como el V ~nerable Padre Esteban de Adoai~, Padre Gui– llerm~ ·d~ Ugar, P . Gaspar de Los-Arcos, P. Jl!lián de Her11a– ni, .P. _José de Mondragón, P. Pantaleón de Ajánguiz, P. Jacin– to de Vera, P. Cipria~o de, Peña<;e,rrada,' P.'M;,~c-~lo J i Peral- ta, P. Francisco de IcÍoy . · · · · , Entre tanto desplegaban su celo en Mesopotamia los. Pac.. dres Angel y Miguel de Pamplona y --Antonio de Soto, hacién– dose acreedores a los calurosos elogios que les fueron tributa– dos por los Prelados y por la Sd~. Congregación. ' En 1877 el Vener~hle 'Padre Esteba~ d~ Adoain echaba en España los fundamentos d~ la restauración de la Orden; y nueve años más tarde cuando au:n escaseaba el personal necesa– rio para mantener el p;estigio de nuestro Hábito, ·haciendo un esfuerzo generoso y heróico; se organizaba la primera expedi– ción para las Islas Carolinas y Palaos, compro~etiéndos,e los Cou'~~ntos de Pamplona y Fuenter;1bfa a Íri~m¡r lo~ j6venes que h~bía~ de ser en lo sucesivo los Misioneros de aquellas re– motas y salvajes Islas. De los once religiosos que integraban la primera expedición de 1886, tres eran del territorio. de Navarra-Cantabria: P. Sa– turnino de Artajona, Superior de Carolinas Orientales; P . Da– niel de Arhácegui, Superior de las Occidentales, y Fray Mi– guel de Gorriti. 116

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