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INTRODUCCIÓN natos hlsfóricos sobre los orígenes.de la Urden --XTº. se ?' ari ex,ting' uid·. o to' dav'ía 1,os ec' ?' s de', Ja_s e,'ntusi·.ª.sfa.s y', ',Sin','cera's ad·ª .. -.· _l~ mactones con que el mundo catóhco paso cantando al Poverello de la•, · . · Umbría, durnnte el gran afio franciscano (1926-1927') séptimo cente- . . nario de su glorioso tránsito; cuando esos ecos, que fenecían · y se extinguían;, . resuenan como un.torrente de nuevas armonías, como cascad.a torrencial demás delicados amore~, al celebrarse el IV Centenario de una de sus más grandes y esclarecidas familias, que vino ·al mundo en una época angustiosa y crítica para la :iglesia, y de grandes ·trastornos políticos y sociales para las naciones de Europa. ·Cuando en 1525, el grito de Reforma dado .unos afíos antes por Lutero, deso– laba las naciones y !'a deserción más espantosa y abominable tenía lugar en las Ordenes monásticas y religiosas, cuyas puertas se abrían a los dulces arrullos de unas doctrinas tan fáciles y tári suaves, como las predicadas por Martfo Lu– tero, un .humilde hijo de Francisco de Asfs, .ansioso también de reforma, se.pre– .sentaba en Roma, y solicitaba del Papa Clemente VII llevar una vida más aus 0 tera, deseoso de imitar en todo a Sú Santo Fundador, 'cuya voz parecfale oir diciéndole ·en tono amenazador: <<Quiero que se observe .mi Regla a la letra, a . laletra, a'la letra. · .· Con estos deseos,y vistienao el Mbito, que, según,la tradición, vistió el ,rico mercader de Asís, se.retiró según la concesión obtenida del Romano Pon– tífice, ·a la soleclá'ct de 1.os bosques 1 que tan.to amaba Sán Francisco. Hecho tanjnsignificante, y que sin intencjones ulteriores pensaba llevar a la práctica Fr: Mateo de Bássi, sería.el medio d·el cual Dios se había de servir, para llevar al mundo la paz y el consuelo, .que el Protestantismo le arrebataba ., ·Primer~s persecuciones .Si es Cierto, que eloro .se purifica en el crisol y que las grandes ide~s . an– tes de imponerse aJqs hombres y de abrirse paso en lasociedad, sori impugna– das·con 'acritud, y a lás veces necesitan regarse con sangre, l)ara que ge,rmirten _y fl~rezcan, rio se vió exenta de esta ley universal, que la his~oria nos pres~nta~ VII

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