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Febrero Rafael Ayuso Pizarro, conocido en la Orden con el nombre de padre Diego, nació el 23 de diciembre de 1903 en Valdearenas, población situada a 33 km de Guadalajara y agre– gada entonces eclesiásticamente a la diócesis de Toledo. Esta localidad se encuentra bañada por las aguas del río Badiel y dominada por los montes de Picarón y La Jala. En el siglo XVI fue construida su iglesia, que alberga un bello arteso– nado de estilo mudéj ar. Sus padres, Marcial y María del Pilar, formaban una familia económicamente solvente y bien acomodada, gracias a las importantes posesiones de terrenos que poseía en la provincia de Guadalajara. Lógicamente esta holgada posición social debió contribuir, de manera decisiva, para que su hijo tuviera la posibilidad de una formación más esmerada que la del resto de sus conciudadanos. Con los conocimientos primarios adquiridos en su pueblo natal, realizó seguidamente los estudios de bachillerato en Madrid y en Toledo, en cuyo seminario ingresó con el fin de realizar la carrera sacerdotal, vocación que sintió desde muy joven. En Toledo cursó la filosofía y parte de la teología. Sin embargo, no parecía tener muy claro que fuera éste el camino de su vida. Después de cumplir los veinte años salió del seminario y comenzó a estudiar la carrera de abogado, dando muestras de sus excelentes cualidades de orador y facilidad para penetrar en las masas . Las circunstancias por las que pasaba España en aquellos tiempos propiciaron su implicación en el campo de la política, actividad para la que demostró tener sobradas cualidades: fue secretario privado de José María Gil Robles , abogado y político español, ministro de la Guerra en 1934 y fundador de la CEDA, a la que también él perteneció. Estas cualidades de sagaz hom- 80