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Febrero Caputto confirmó que, en efecto, la biopsia demostraba la exis– tencia de un hepatocarcinoma. De vuelta a España prosiguieron las sesiones de quimiotera– pia y se hicieron necesarias las transfusiones, debiendo ingresar varias veces en la clínica La Moncloa. La enfermedad avanzaba rápidamente, las dolencias no cesaban y sufría incesantes dolo– res. La visita de la hermana muerte le sorprendió a las once de la noche del día 15 de febrero de 2001, no sin antes haber teni– do la delicadeza de agradecer personalmente, mediante carta, las atenciones que había recibido de todos los que se preocupa– ron por él durante su estancia en la enfermería provincial. A las actividades ministeriales y docentes señaladas ante– riormente debemos añadir que el hermano Andrés nos ha deja– do algunas publicaciones de carácter social en forma de mono– grafías, conferencias y artículos en diferentes revistas de inves– tigación: Doctrina Social Pontificia (1960); Condiciones de Paz (1966); Religión y Asimilación (1977); Una concepción humana de la empresa (1988); Respuesta ética al desafio ecológico ( 1990); Educación, Religión y Fecundidad (1991); A la sombra de la Pirámide (1992) ... , además de otros títulos en lengua inglesa publicados en diferentes perió– dicos y revistas científicas del continente americano. Tenacidad y constancia en el trabajo, suavidad en el trato, don de gentes, fidelidad en la amistad fueron cualidades humanas que le abrie– ron las puertas y los corazones, e hicieron que las personas que con él se cruzaron en el camino de la vida, le profesaran un gran afecto. Amigos y alumnos que le conocieron en la universidad nos han dejado algunas pinceladas que retratan su talante espiritual y su carác– ter humano: - «Me inscribí en la Universidad de Puebla sin saber realmente quién era el profesor. Me dijeron algunos compañeros que era un sacer- 76

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