BCCCAP00000000000000000000710

poseíamos. Que yo sepa, nadie nos echó de menos ni trató de indagar nuestro paradero .. . » A partir de entonces, ia buscarse la vida para subsistir! Ha– bía que pagar la pensión, no tenían dinero y era difícil buscar trabajo. ¿solución? El pluriempleo, pero con una paga de mise– ria; primero regar hortalizas en una huerta a orillas del río Turia; la segunda experiencia, vender chocolate, churros y café en una horchatería; después hilvanar y poner botones en una fábrica de ropa para militares; y por último, el deseo fallido de enrolarse en el ejército. Rechazado en la oficina de reclutamien– to a causa de su corta edad, fue enviado a una brigada que cava– ba trincheras para la defensa de Valencia, donde hubo de so– portar experiencias desagradables en lo físico y en lo moral. Todo concluyó con la toma de Valencia y la vuelta a casa. Tras un viaje lleno de nuevas, pero más agradables aventuras, llegó a Cistierna en marzo de 1939. Pronto confió a su familia la decisión firme de regresar al convento. Más consciente, más motivado para seguir el camino que había elegido tras la amar– ga experiencia de la guerra, se reunió en El Pardo con varias docenas de compañeros en agosto de 1939, con el fin de reanu– dar los estudios intenumpidos Jm dllle tres dÜos. Concluida su formación humanística, comenzó el noviciado en Bilbao el 14 de agosto de 1941, tomando el nombre de fray Salvador de Cistierna y emitiendo los votos temporales el 15 de agosto de 1942, también en Bilbao. La etapa siguiente de la carrera sacerdotal tuvo lugar en el colegio de León donde, por aquellos años, se impartían las cla– ses Je filosofía y leologÍd. Hiw su profesión solemne el 14 de octubre de 1945 y recibió las órdenes sagradas el día 3 de abril de 1949. 71

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz