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. FeJfrero -,- ' ··¡ por las altas cumbres del Pico Moro, Peña Rionda, Pico Cerroso y Peña Verde. Al Sur, el dorso de Peña Corada. Pueblo esencialmente agrícola, se había convertido en el más importante de la zona: un pequeño centro mercantil con actividad incrementada gracias a las aldeas de la montaña y de la ribera del Esla y por la explotación minera del carbón en Saelices y Sabero. En este paisaje de ambiente montañés, con numerosos rega– tos de agua y cubierto de verdor, nació Andrés Álvarez Martínez el 23 de enero de 1923. Apenas había transcurrido una semana después de su nacimiento cuando sus padres, Pedro y Patro– cinio, le presentaron en la iglesia para recibir las aguas bautis– males. Nació en el seno de una familia humilde y numerosa. Su padre, de profesión carpintero, tenía como principal ocupación la construcción de carros y carretas para la gente del campo que, en aquellos tiempos, era la única forma de transporte nor– mal en la agricultura: acarreo de la madera, del trigo a los gra– neros, de la paja triturada y de la hierba de los prados para ali– mentar a los animales durante el invierno. Él mismo nos cuenta que el recuerdo de su padre es: «El de un hombre estricto, templado en el sacrificio que imponía una economía donde no abundaba el dinero. Su gran sentido de res– ponsabilidad le obligaba a trabajar de la mañana a la noche durante los seis días de la semana, siempre inclinado sobre el banco de trabajo, para sostener a la familia de doce hijos. Él nos inculcó la honradez, la lealtad y una ética del trabajo y el ahorro. De mi madre recibimos ejemplos de sencillez, de dulzura, de compasión... Aunque de poca cultura, no carecían de una fe profunda que se manifestaba no solamente en los actos de piedad, sino también en la conducta diaria . .. » 69